Reno, Nevada.— Las autoridades migratorias de Estados Unidos suspendieron temporalmente la política de “Tolerancia Cero” contra los inmigrantes indocumentados, impuesta por el presidente Donald Trump.

El Comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), Kevin McAleenan, reconoció ayer que las autoridades han abandonado, por ahora, la política de “Tolerancia Cero”, después de que el presidente firmó una orden ejecutiva en la que se ordenaba el fin de la separación de padres e hijos que cruzaron la frontera entre México y Estados Unidos sin documentos.

Sus declaraciones se produjeron poco después de que el fiscal general, Jeff Sessions, defendiera la política migratoria de la Casa Blanca en un discurso en Nevada, donde afirmó que muchos niños cruzaron la frontera acompañados por pandilleros.

McAleenan aseguró que ha dejado de enviar casos de padres acusados de ingresar ilegalmente al país a los fiscales desde que el presidente firmó la orden, el miércoles pasado, presionado por una ola de críticas internas y externas ante la política de separar a los niños de sus padres y enviarlos a centros de internamiento.

Sin embargo, tanto el comisionado como Sessions insistieron en que la política de la administración Trump sigue vigente. McAleenan agregó que está trabajando en un plan para reanudar los procesamientos lo antes posible.

La vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, insistió en que la suspensión de la “Tolerancia Cero” es sólo temporal porque el gobierno se está quedando sin recursos: “Nos vamos a quedar sin espacio”, dijo. “Nos vamos a quedar sin recursos para mantener a las personas unidas”.

Al respecto, el secretario de Defensa, James Mattis, confirmó que el Pentágono está acondicionando el cuartel de Fort Bliss y la base de las Fuerzas Aéreas de Goodfellow, ambas en Texas, para dar acogida a inmigrantes.

Trabajamos en los detalles, cuál será la capacidad necesaria en estas bases y qué otro tipo de infraestructuras necesitamos”, dijo Mattis el domingo.

En este contexto, el presidente Trump reiteró ayer su frustración con las leyes que garantizan procesos judiciales a los inmigrantes ilegales y dijo que los indocumentados deberían ser rechazados en la frontera de Estados Unidos, mientras disminuían las expectativas de que el Congreso pueda resolver rápido la crisis.

“Contratar a miles de jueces y pasar por un largo y complicado proceso legal no es la forma de resolver esto. Siempre será disfuncional”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.

“La gente simplemente debe ser detenida en la frontera y se le debe decir que no puede ingresar ilegalmente a EU. A los niños se les debe enviar de vuelta a su país”, sostuvo.

La Casa Blanca defendió la postura del presidente: “Sólo porque no veas a un juez no significa que no estés recibiendo el debido proceso”, dijo Sanders en conferencia de prensa.

“Hay miles de inmigrantes deportados cada mes que no ven a jueces. A veces es por deportación voluntaria, y a veces por deportación exprés”, añadió en referencia a un procedimiento que sólo se aplica a ciudadanos de México y Canadá.

En tanto, los legisladores republicanos trabajan en una iniciativa para mantener unidas a las familias migrantes, un tema que temen les cobre factura en las elecciones de noviembre.

El representante republicano conservador Mark Meadows dijo que prevé que se presente hoy un proyecto de ley sobre inmigración en la Cámara Baja, aunque con pocas posibilidades de prosperar.

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