Moscú.— Rusia replicó ayer con una batería de sanciones y prohibiciones contra altos cargos del gobierno estadounidense, tras las medidas de castigo que había impuesto Washington, pero se declaró abierta a la idea de una cumbre entre Vladimir Putin y Joe Biden. EU deploró la “lamentable escalada”, tras las acciones de Moscú.

Este intercambio de medidas se produce en un momento en que las relaciones entre ambas potencias rivales no dejan de empeorar, ante las acusaciones por parte de Washington de injerencia rusa en las presidenciales estadounidenses y una situación cada vez más tensa en el este de Ucrania. Washington anunció el jueves una nueva batería de sanciones a Rusia.

El ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, anunció ayer la expulsión de 10 diplomáticos estadounidenses. También se prohibirá la entrada a Rusia al responsable de la agencia federal de prisiones estadounidense y a dos exaltos cargos de la administración de Donald Trump: el exconsejero de Seguridad Nacional y el exdirector de la CIA.

Además, Lavrov dijo que “recomienda” al embajador de Estados Unidos en Moscú, John Sullivan, que regrese a Washington para que realice “unas consultas serias y en profundidad”.

“No hemos recibido ninguna correspondencia diplomática oficial con los detalles de las decisiones del gobierno ruso contra diplomáticos de Estados Unidos en Rusia”, afirmó Sullivan en un comunicado. Moscú también anunció la expulsión de cinco diplomáticos polacos y dijo que mantenía en la reserva “algunas medidas dolorosas” para las empresas de EU.

Aunque consideró “inaceptables” las sanciones estadounidenses, el Kremlin valoró de manera “positiva” la llamada de Biden a una “desescalada”.

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