Ankara.— Un equipo saudita de 11 personas fue enviado a Estambul para desaparecer las pruebas del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, nueve días después de su desaparición en el consulado del reino en esa ciudad turca, informó ayer el diario turco Sabah.

Según el rotativo, el equipo saudita de 11 personas, entre ellos el químico Abdulaziz Aljanobi y el toxicólogo Khaled Yahya Al Zahrani, llegó el 11 de octubre a Estambul no para ayudar a aclarar la muerte de Khashoggi, sino para arruinar las pruebas.

“Pensamos que estos dos agentes (...) vinieron a Turquía con el único objetivo de borrar las pruebas del asesinato antes que la policía turca accediera al consulado saudita y a la residencia del cónsul”, indicó Sabah, que cita a un funcionario turco.

Los dos expertos sauditas, a quienes el diario describe como “limpiadores”, visitaron el consulado de su país y la residencia del cónsul todos los días durante una semana para borrar cualquier rastro del asesinato del periodista, antes de regresar a Arabia Saudita el 17 de octubre, según el periódico Hürriyet.

En principio, Arabia Saudita rechazó la solicitud de Turquía para registrar el consulado, pero fue hasta el 15 de octubre cuando finalmente accedió, y 10 días después admitió que el periodista fue víctima de un asesinato premeditado.

Kashoggi, un columnista del diario The Washington Post y crítico de la corona saudita, fue asesinado el pasado 2 de octubre dentro del consulado de su país en Estambul por agentes llegados de Riad, una muerte que, según el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, fue ordenado por “el más alto nivel” del gobierno saudita.

Turquía exige a Arabia Saudita cooperar para encontrar el cuerpo del comunicador que, según la Fiscalía de Estambul, fue desmembrado.

Ayer, el vicepresidente turco, Fuat Oktay, pidió una investigación para determinar si los restos de Khashoggi fueron disueltos en ácido, como cree el consejero de Erdogan.

En tanto, los hijos del periodista reclamaron la entrega del cuerpo de su padre y afirmaron que han vivido semanas de angustia e incertidumbre.

Prometen investigación. Arabia Saudita aseguró ayer en la ONU que la investigación sobre el asesinato de Jamal Khashoggi será “imparcial”, tras una nueva serie de críticas internacionales un mes después de la desaparición del periodista.

Esta promesa fue hecha mientras es examinada la situación de los derechos humanos en Arabia Saudita en la sede de la ONU en Ginebra, un trámite ordinario, pero que adquiere otra dimensión con el caso Khashoggi, cuyo cuerpo sigue sin hallarse.

Sin embargo, el jefe de la delegación saudita, Bandar Al Aiban, presidente de la Comisión de derechos humanos, apenas dedicó algunos minutos al “fallecimiento del ciudadano Khashoggi”, y aseguró que su país “se comprometió a llevar a cabo una investigación imparcial” y “llevar a todos los responsables ante la justicia”.

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