Tokio.— Japón retomó ayer la caza comercial de ballenas al formalizar su retiro de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), luego de ser miembro por más de 60 años, uniéndose así a Islandia y Noruega, los dos únicos países que capturan a estos cetáceos por tradición y cultura, omitiendo los acuerdos internacionales de protección.

La reanudación de esta práctica fue anunciada desde el pasado 9 de junio por una fuente pesquera local, en medio de la crítica de grupos defensores del medio ambiente y de los animales, según reportes de la agencia local de noticias Kyodo.

Japón confirmó que en breve comenzaría con las capturas de las ballenas sólo dentro de sus aguas territoriales y zonas económicas exclusivas. Dijo que lo hará dentro de las cuotas que establece el método aprobado por la Comisión Ballenera Internacional.

Ayer dos ballenas minke fueron cazadas por barcos que habían zarpado por la mañana del puerto de Kushiro (isla septentrional de Hokkaido), tras una ceremonia en la que varios representantes electos reivindicaron la legitimidad de esta tradición. Fueron cinco barcos los que zarparon y al menos una de las embarcaciones regresó por la tarde y descargó sus presas, constataron la AFP.

“Hoy es el día más hermoso. Pudimos atrapar una ballena grande. Va a estar deliciosa. Valió la pena esperar 31 años”, celebró Yoshifumi Kai, presidente de una asociación de pescadores de ballenas, observando al cetáceo de 8.3 metros de largo.

“Es una industria pequeña, pero estoy orgulloso de cazar ballenas. La práctica existe desde hace más de 400 años en mi ciudad”, comentó emocionado por volver de nuevo al mar.

El barco factoría Nisshin Maru, buque insignia de la flota ballenera nipona, y otras embarcaciones también salieron del puerto de Shimonoseki (suroeste), presidido por una estatua enorme en forma de ballena.

“Consideramos que las ballenas son recursos marinos como los peces y que pueden utilizarse siguiendo criterios científicos”, explicó a la un responsable del ministerio de Agricultura, Bosques y Pesca.

“Determinamos cuotas con el fin de no perjudicar a las especies”, precisó el funcionario.

El país espera que su flota capture del 1 de julio hasta fin de año 52 ejemplares de la especie minke, 150 de rorcual bryde y 25 de rorcual común. Fuera de la Comisión, Japón ya no podrá practicar la caza científica en la Antártida; ahora sólo deberá hacerlo en aguas cercanas y dentro de su zona económica exclusiva.

Sin embargo, organizaciones ambientalistas habían indicado que la nación asiática nunca dejó de capturar ballenas y su supuesta caza para la investigación era en realidad la pesca comercial encubierta, debido a que la carne del cetáceo suele terminar en las pescaderías.

Para algunas ciudades, la pesca de ballena representa una razón de ser cultural y moral.

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