Londres.— La reina Isabel II y miembros de la familia real británica pidieron a sus consejeros “una solución factible” y rápida para el futuro del príncipe Enrique y su esposa Meghan, luego de que renunciaran a sus funciones reales, en una sorpresiva decisión que sacudió a Reino Unido.

La agencia Press Association y la cadena televisiva Sky News citaron a una fuente anónima del palacio de Buckingham que aseguró que la monarca, así como el príncipe Carlos y el príncipe Guillermo quieren respuestas “en días, no semanas”. Todo el país hablaba del Megxit.

Enrique, hijo menor del príncipe Carlos, heredero al trono, y Meghan, una actriz californiana que renunció a su profesión al entrar en la familia real, anunciaron que se retiraban “como miembros de primer rango de la familia real” para “adquirir independencia financiera”.

Fieles a su sentido del humor y su pasión por las apuestas, los británicos comenzaron a especular sobre qué hará la pareja tras sacudir la centenaria institución.

Encabezan las opciones de los corredores de apuestas que anuncien un nuevo embarazo este año, se instalen definitivamente en EU y Meghan vuelva a actuar.

Algunos soñaban incluso con que se interprete a sí misma en una próxima temporada de The Crown, serie histórica de Netflix, aunque su productora ejecutiva, Suzanne Mackie, lo descartó.

El que no perdió un instante fue el célebre museo de cera de Londres, Madame Tussauds, que inmediatamente separó las figuras de los duque de Sussex de las de Isabel II y otros miembros de la familia real. Algunos medios compararon esta decisión con la estrepitosa abdicación en 1936 del rey Eduardo VIII, tío de Isabel, para casarse con Wallis Simpson, una estadounidense divorciada como Meghan.

Y criticaron una voluntad de independencia financiera percibida como hipócrita. La dotación real a la que pretenden renunciar los duques de Sussex sólo representa 5% de sus gastos oficiales, porque el resto está financiado por los ingresos privados de Carlos.

La pareja, que dijo querer dividir su tiempo entre Reino Unido y Norteamérica, afirmó que pretende seguir viviendo en Frogmore Cottage, una casa en los terrenos del castillo de Windsor cuya renovación se pagó con 2.4 millones de libras de dinero público. Seguirían además beneficiándose de un servicio de seguridad estatal, pero en ningún momento dijeron querer renunciar a sus títulos nobiliarios. Por lo pronto, de acuerdo con el Daily Mail, Meghan regresó ya a Canadá para estar con su bebé, Archie. Enrique se quedó en Londres.

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