Washington.— La primera dama de Honduras, Ana García de Hernández, viajó a Estados Unidos al frente de una misión de trabajo para ver la situación en la que se encuentran los niños inmigrantes separados de sus padres en la frontera por la administración de Donald Trump y los que llegaron solos hasta allí.

El grupo que llegó a la localidad de McAllen, Texas, está integrado por funcionarios de Honduras que trabajan en el campo de los derechos humanos.

“Hoy comenzamos una apretada agenda a favor de nuestros compatriotas migrantes hondureños. Al llegar a McAllen, #Texas con la Fuerza de Tarea de Atención al #Migrante fuimos recibidas por el alcalde de esta ciudad, Jim Darling. #Honduras”, escribió García de Hernández en su cuenta de Twitter.

La misión sostuvo reuniones con personal de la Patrulla Fronteriza del sector del Valle del Río Grande, el cual explicó los nuevos procedimientos en las fronteras estadounidenses en relación con los flujos migratorios desde Centroamérica.

Honduras busca la reunificación con sus padres de 239 niños hondureños separados de sus familias tras cruzar ilegalemente la frontera desde México o que llegaron solos a ella, según informó hace unos días la vicecanciller, Nelly Jerez.

La mayoría de las familias que cruzan sin papeles procede de Honduras, El Salvador y Guatemala, los países del violento Triángulo Norte de Centroamérica.

La separación de más de dos mil 300 niños de sus padres a partir de abril, después de que éstos fueran arrestados por ilegalmente en Estados Unidos, generó una ola de indignación dentro y fuera del país norteamericano que obligó al presidente Trump a dar marcha atrás en una política pensada para desincentivar la llegada de inmigración ilegal a EU.

Trump firmó un decreto hace dos semanas para frenar las separaciones, pero ésta no pone fin a la persecución penal de los indocumentados, sino que establece que los niños sean detenidos con ellos.

Muchos niños separados, hasta la firma del decreto, continúan lejos de sus padres en centros de acogida repartidos por 17 estados norteamericanos. Una juez de California ordenó la semana pasada al gobierno que los reúna con sus padres en un plazo máximo de 30 días. Al menos 500 familias ya se han reunido.

En tanto, los arrestos de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos disminuyeron en junio a su nivel más bajo desde febrero, luego de registrar cuatro incrementos mensuales consecutivos, indicó ayer un funcionario estadounidense.

La baja podría reflejar tendencias estacionales o que la política de “Cero Tolerancia” está teniendo un efecto disuasorio.

La agencia hizo 34 mil 57 arrestos en la frontera con México en junio, 16% menos en comparación con los 40 mil 344 registrados en mayo, dijo el funcionario, quien habló bajo condición de anonimato.

Sin embargo, los arrestos son más del doble de los 16 mil 77 realizados en junio de 2017.

El gobierno federal anunció a principios de mayo que iba a enjuiciar cada caso de entrada ilegal al país, incluyendo a los adultos que estuvieran acompañados por niños.

El comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza Kevin McAleenan dijo que piensa “que el énfasis en la implementación de la ley en la frontera ha tenido un impacto en los cruces”.

Además, el aumento de las temperaturas también podría ser un factor importante, puesto que desalienta a la gente de caminar en medio del sofocante y potencialmente letal calor que reina en gran parte del sur de California, Arizona, Nuevo México y Texas.

Los arrestos disminuyeron de mayo a junio en cuatro de los cinco años previos. Aun así, las detenciones bajaron a un solo dígito en 2014 y en 2015. La disminución de arrestos se acercó a 20% en 2016 y 2013.

Los arrestos fronterizos registraron un aumento casi todo el año pasado, tras caer drásticamente en los primeros meses del gobierno de Trump.

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