Viena.— El gobierno austriaco ordenó ayer el cierre de dos “mezquitas radicales” que frecuentaba el autor del atentado perpetrado el lunes en Viena, mientras que el jefe de la lucha antiterrorista de la capital fue suspendido tras la revelación de errores en la vigilancia del atacante.

“El ministerio del Interior informó a la Oficina de Cultos que el atacante frecuentaba a menudo dos mezquitas de Viena desde su salida de prisión”, explicó la ministra de Cultos e Integración, Susanne Raab, en una rueda de prensa. “Según los servicios de inteligencia, la visita de estas mezquitas contribuyó a radicalizar al atacante”, añadió.

El ministro del Interior, Karl Nehammer, señaló nuevos errores en la vigilancia del hombre, un simpatizante del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que tenía antecedentes policiales y judiciales. La investigación señaló que el atacante estaba en contacto con personas vigiladas por los servicios de la Lucha Antiterrorista en Viena (LVT), pero no se emprendió ninguna acción en aquel momento, según el ministro que denunció “errores evidentes y, en nuestra opinión, inaceptables”.

El responsable de esta entidad, Erich Zwettler, fue suspendido. “Me pidió que le suspendiera de su cargo porque no quiere obstruir la investigación”, declaró el viernes el jefe de la policía, Gerhard Purstl. Cuatro personas murieron el lunes cuando Kujtim Fejzulai, un austro-macedonio de 20 años, abrió fuego contra los transeúntes en pleno corazón de la capital austriaca; él fue abatido por la policía. En abril de 2019 fue condenado a prisión por haber intentado ir a Siria a combatir con los yihadistas. Fue liberado en diciembre de 2019 y a partir de ahí comenzó a frecuentar las mezquitas.

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