El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó ayer a Manila para abordar con líderes mundiales el programa nuclear de Corea del Norte y el terrorismo del Estado Islámico (EI), además de mantener su primer y esperado encuentro con el jefe de Estado filipino, Rodrigo Duterte.

“Recién llegado a Filipinas tras un gran día de reuniones y eventos en Hanói”, anunció el mandatario en un mensaje de Twitter.

Antes de su llegada ya generaba polémica con su oferta de mediar en la disputa territorial por el mar de China Meridional, donde Beijing construye desde hace años islas artificiales.

La sorpresiva propuesta de Trump corre el riesgo de ser rechazado por China que, en repetidas ocasiones, dijo que EU no tiene un papel en este conflicto.

La propuesta tampoco fue de inmediato aceptada por el presidente filipino, Rodrigo Duterte, quien busca estrechar los lazos con China. “Se lo agradecemos. Es muy amable, y una oferta generosa porque es un buen mediador”, dijo el canciller filipino, Alan Peter Cayetano.

“Pero por supuesto los países que reivindican en la disputa deben responder en grupo o de manera individual y un sólo país no puede dar una respuesta inmediata porque la mediación concierne” a todos, dijo.

Horas después, los líderes de China y Vietnam dijeron que habían alcanzado un “consenso” para gestionar las disputadas aguas, durante una vista de Estado del presidente chino, Xi Jinping, a Hanói, según la agencia oficial china Xinhua.

China reivindica como propia la casi totalidad de este estratégico mar, importante ruta comercial y donde se especula sobre la existencia de reservas de petróleo y gas.

Vietnam, Filipinas, Malasia, Brunéi y Taiwán también reivindican sectores de ese mar.

Tras su llegada a la capital filipina, Trump participó en una cena de gala y hoy estará presente en las reuniones de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), grupo integrado por Birmania (Myanmar), Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam.

Uno de los encuentros más esperados es el que Trump mantendrá con el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, artífice de una “guerra contra las drogas” en su país, que ha dejado en un año y cuatro meses más de 6 mil muertos, de ellos casi 4 mil a manos de la policía, de acuerdo con datos oficiales.

“Ambos líderes sienten cierta fascinación el uno por el otro y su primer encuentro es algo que ha venido siendo muy esperado en los medios y en el entorno político”, indicó a EFE el profesor de la Universidad de Filipinas, Aries Arugay.

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