San José.— Pese a que Estados Unidos declaró organizaciones terroristas de Colombia a la narcoguerrilla comunista de las FARC y del ELN en 1997 y al narcoparamilitarismo anticomunista de las AUC en 2001, el tráfico internacional de drogas nunca cesó y el envío de cocaína desde centros colombianos de producción a los cárteles mexicanos en México y Centroamérica aumentó en el siglo XXI para surtir a América del Norte y Europa.

La decisión de EU de designarlas terroristas buscó aislarlas financiera y políticamente en un conflictivo escenario: de 180 mil hectáreas de cultivos de hoja de coca —materia prima de la cocaína— en 2000 en Colombia se bajó a 40 mil en 2010, pero la erradicación mermó en 2015 y el total de sembradíos llegó a 146 mil en 2016 y a 171 mil en 2017 y bajó a 169 mil en 2018, según la Organización de las Naciones Unidas.

“En Europa creían que las FARC y el ELN eran unos [heroicos] Robin Hood”, dijo el expresidente colombiano Andrés Pastrana al recordar a EL UNIVERSAL que fue en su gobierno, de 1998 a 2002, cuando esas guerrillas recibieron trato de terroristas en la Unión Europea (UE).

“Esto conllevó a que, en buena parte, se les cerraran las puertas internacionales. Las FARC pasó de terrorista a narcoterrorista”, añadió. El Departamento del Tesoro de EU declaró terroristas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN) el 8 de octubre de 1997 y a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) el 10 de septiembre de 2001. La UE designó terrorista a las FARC en 2002, las excluyó temporalmente de ese rango en 2016 y, de manera definitiva, en 2018.

El caso de Colombia resurgió luego de que la familia estadounidense-mexicana LeBarón, víctima del asesinato de parientes en un ataque de narcotraficantes el 4 de noviembre anterior en Sonora, México, pidió el pasado domingo al presidente de EU, Donald Trump, designar a los cárteles mexicanos del narcotráfico como terroristas.

“Es importante para interrumpirles el flujo de recursos. Una herramienta poderosa para luchar con una organización violenta es ejecutar las medidas que la aíslan financieramente”, adujo el colombiano Jorge Restrepo, director del (no estatal) Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos, de Bogotá.

“El negocio del narcotráfico es primordialmente financiero y requiere violencia. Las medidas para aislar, interrumpir o dificultar su flujo financiero pueden tener impacto en hacer menos rentable su negocio y limitar su acceso a armas de fuego”, agregó, a consulta de este diario.

Al alertar que la designación de terrorista “tampoco” acabará con el narcotráfico, alegó que “obviamente” en México sería “más efectiva” si EU atacara más el tráfico de armas.

Nacidas en 1964, las FARC fueron disueltas en agosto de 2017 y legalizadas en el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común tras la firma de un pacto de paz con el gobierno de Colombia en noviembre de 2016 que entró a regir en diciembre de ese año. EU mantiene a las FARC como terroristas. Las FARC financiaron parte de su guerra al abastecer con miles de toneladas de cocaína al Cártel de Sinaloa y a otras narcomafias de México, pero los bloques disidentes de esa insurgencia continuaron en los últimos tres años en la narcoactividad con traficantes mexicanos, según fuentes oficiales de Colombia.

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