Madrid

El alumbrado de ciudades españolas que compiten entre sí con inversiones millonarias para ver cuál de ellas brilla más por estas fechas navideñas genera tantas adhesiones como polémicas entre los que se ven beneficiados por la llegada de visitantes y los que califican de ostentación y despilfarro la inversión municipal.

Los abultados presupuestos dedicados a la decoración navideña, con la derrama energética a pesar de la utilización de focos de bajo consumo, adquiere mayor contraste luego de que el gobierno español declarara al país ibérico en emergencia climática. Madrid, Barcelona, Vigo, Málaga, Sevilla y Valencia son las ciudades que más gastan en el alumbrado navideño. La capital española ha instalado 10. 2 millones de bombillas Led, 37% más que el año pasado, 5 mil árboles iluminados, 44 nuevos emplazamientos y, sobre todo, más nacimientos: un total de diez luminosos, seis de ellos en los accesos a la Plaza Mayor y uno más en la famosa Puerta de Alcalá.

Todo este despliegue supone una inversión de 3 millones de euros y se lleva a cabo después de que la capital española acogiera la Cumbre del Clima COP25, que abordó sin éxito las problemáticas emisiones de dióxido de carbono (CO2) y el consumo energético.La ciudad de Vigo es la que se lleva la palma del embellecimiento navideño que en los últimos años y, tras ser adelantado a fines de noviembre, se ha convertido en una auténtica exhibición de luces y efectos visuales.

Más de 170 mil personas acudieron al encendido del alumbrado navideño en esta ciudad gallega donde la ocupación hotelera ha superado el 90% durante los fines de semana. Con 10 millones de bombillas Led adornando sus calles, Vigo compite con Madrid a pesar de ser una ciudad de provincias de apenas 300 mil habitantes.

Su alcalde, el socialista Abel Caballero, es un político muy apreciado en Vigo, donde consiguió repetir como alcalde con altos índices de popularidad. También es el responsable de elevar a la categoría de gran espectáculo la iluminación navideña de la ciudad que ha llegado a adquirir resonancia internacional. Para defender su despliegue lumínico, Caballero alega que el retorno económico de las luces multiplica por 25 la inversión realizada, que superó este año los 800 mil euros para que la urbe tuviera la Navidad “más top del planeta”.

El sector hotelero y los comerciantes de Vigo están más que satisfechos con un decorado lumínico que atrae a miles de visitantes con las consiguientes ganancias para el sector. Para algunos negocios como las agencias de viajes en Galicia, el movimiento turístico de estas fechas representa 20% de su facturación anual.

“La iluminación nos da una oportunidad para que nos consideren una ciudad amigable”, afirman los empresarios de Pontevedra, quienes consideran que engalanar la localidad gallega potencia la llegada de turistas y la derrama económica.

“Las luces de Navidad han pasado de ser una mera decoración callejera a convertirse en un atractivo turístico con el que distintas ciudades quieren impulsar ventas y atraer turistas, presionadas por los comerciantes”, señala El Periódico de Catalunya para resaltar el apoyo de los sectores económicos locales al alumbrado navideño.

Todo lo contrario de lo que argumentan las organizaciones ambientalistas que critican el derroche de energía y de dinero, sobre todo en tiempos de apretones climáticos.

En esta línea crítica, FACUA-Consumidores en Acción demandó a los alcaldes españoles que apuesten por la solidaridad y calidad de sus servicios públicos, en lugar de competir en luces navideñas.

“La asociación considera un espectáculo obsceno y bochornoso que en capitales como Madrid, Vigo y Málaga se juegue a ver quién gasta más dinero público en alumbrado para las fiestas, mientras hay familias que pasan frío porque no tienen ni para pagar la luz de sus viviendas”, denuncia una organización en materia de medio ambiente.

La polémica generada en España por la carrera entre ciudades a la hora de alumbrar la Navidad con inversiones millonarias en un país que promueve el ahorro energético, apenas existe en el resto de Europa. Edimburgo, Londres, Viena, Niza, Salerno o Budapest son algunas de las poblaciones que más destacan por sus decorados navideños sin despertar mayores enconos.

Capitales europeas como Londres y sus célebres Carnaby Street y Oxford Street mantienen fórmulas de colaboración público-privada, así como otros patrocinios para sufragar la decoración navideña, aliviando con ello la inversión de las autoridades municipales. En España, sólo Barcelona, Valladolid y Bilbao recurren a este modelo mixto de financiamiento.

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