Delegados vestidos de gala. Soldados revisando cada auto y vigilando cada detalle. Miles de reporteros. Era el día del presidente chino, Xi Jinping.

La reelección por descontada, el gran momento llegó justo al final del último día del XIX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh), en Beijing.

La pregunta clave era si había alguna objeción a incluir la ideología política de Xi en los estatutos del partido, elevándolo a un rango reservado hasta ahora para figuras como Mao Zedong, o Deng Xiaoping.

“Mei you [no hay objeción]”, señalaron, uno a uno, los miembros del Comité Central y luego el aplauso generalizado a la inclusión de lo que en adelante se conocerá como el “pensamiento Xi Jinping sobre el socialismo con peculiaridades chinas de la nueva era”, que regirá en adelante el futuro del país.

“Supone una continuación y desarrollo del marxismo-leninismo, el pensamiento de Mao Zedong, la teoría de Deng Xiaoping, el importante pensamiento de la triple representatividad y la concepción científica del desarrollo”, según la resolución del Congreso Nacional del PCCh.

Con este impulso, además de la renovación de alrededor de 70% del Comité, cuya composición se dará a conocer hoy, iniciará el nuevo quinquenio del presidente Xi.

Sus promesas, a lo largo de un Congreso que inició hace una semana: mantener la apertura de China al mundo, llevar su socialismo con reformas o, como se llamó durante este evento, el “socialismo con peculiaridades chinas” hasta el final y continuar con la lucha anticorrupción que ha sido el sello en su administración.

La jornada comenzó temprano, no sólo para los 2 mil 300 delegados que participaron en el Congreso del “partido más grande del mundo”, sino también para los miles de periodistas de todo el mundo que cubren el evento. No hubo traducción simultánea; sí, en cambio, transcripción del evento.

En la Plaza de Tiananmén, las vallas impedían el paso de manifestantes, mientras soldados preparados con extintores estaban apostados, listos en caso de que algún activista quisiera quemarse a lo bonzo para realizar alguna protesta.

Los accesos a la histórica plaza cerrados, las redes sociales bloqueadas. La clausura fue transmitida en vivo por televisión. Adentro del Salón del Pueblo, el Politburó al frente; atrás, el Comité y en el pleno, los delegados.

Ex mandatarios, presentes. Dosex presidentes acompañaban al “camarada” Xi Jinping: Deng Xiaoping y Hu Jintao; al lado del mandatario estaba Li Keqiang, primer ministro.

Una ausencia se hizo notar: la del titular de la Comisión Central de Control Disciplinario (CCCD), Wang Qishan, el fiel escudero del mandatario y quien ha encabezado la lucha contra la corrupción en el partido, por la cual han sido sancionados más de 1.3 millones de funcionarios, incluyendo altos cargos, entre ellos 17 miembros del Comité Central. Por tradición, la edad jubilatoria de los miembros del comité es de 68 años.

Con 69, la pregunta era si se modificarían las normas para que Wang Qishan pueda mantenerse otros cinco años en el cargo, abriendo la posibilidad al propio Xi, actualmente de 64 años, de buscar una tercera reelección. No hubo pronunciamiento al respecto; en cambio, se anunció la constitución de la nueva comisión central. Pocos minutos antes de las 11:30 horas daba inicio la clausura del Congreso.

Casi una hora después, luego de una una ronda de aplausos por la aprobación de las resoluciones del partido, concluía el XIX Congreso del Partido Comunista de China. “La Internacional”, interpretada por la banda militar, se hacía escuchar en el Gran Palacio del Pueblo. El evento se repetiriá en otros cinco años.

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