Managua.— El poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal, uno de los pilares de la Teología de la Liberación, fue restituido por el papa Francisco en sus funciones clericales tras más de 30 años de suspensión por su militancia política.

El papa Francisco revocó la “suspensión a divinis” que pesaba sobre Cardenal, impuesta por el Vaticano en 1984 y que le impedía ejercer sus funciones sacerdotales, informó ayer la Nunciatura en Managua.

“El Santo Padre ha concedido con benevolencia la absolución de todas las censuras canónicas” impuestas a Cardenal, informó.

El sacerdote de 94 años, quien está hospitalizado desde la semana pasada por una afección de vesícula, estaba impedido de administrar los sacramentos tras la sanción que le impuso el fallecido Juan Pablo II debido a su militancia política.

La Nunciatura divulgó en las redes sociales una foto del padre Cardenal en su lecho de enfermo, con una estola verde, símbolo de la recuperación de su estado clerical.

“Agradezco y recibo [la decisión] amorosamente”, dijo Cardenal, según detalló su asistente, la poeta Luz Marina Acosta.

El sacerdote celebró desde el hospital su primera misa el domingo, junto con el nuncio Waldemar Sommertag, señaló Acosta.

La suspensión a divinis le fue impuesta a Cardenal cuando era ministro de Cultura durante el gobierno sandinista (1979-1990). El Vaticano alegó que su cargo no era compatible con su labor pastoral.

El hecho más recordado ocurrió cuando el papa Juan Pablo II amonestó públicamente a Cardenal en el aeropuerto Augusto Sandino, durante su primer visita a Managua.

Fue “injusta la reprimenda del Papa”, consideró Cardenal en su libro La Revolución Perdida, merecedor del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2012.

No obstante, “el sacerdote aceptó la pena canónica que le fue impuesta y se ha atenido siempre a ella, sin llevar a cabo ninguna actividad pastoral”, indicó la Nunciatura. Además, había abandonado “desde hace muchos años todo compromiso político”, justifica la decisión.

La sanción a Cardenal, que también incluyó a otros curas, entre ellos el excanciller Miguel D’Escoto y Fernando Cardenal, hermano del poeta —ambos ya fallecidos—, se dio en un contexto de tensas relaciones entre el gobierno sandinista y la Iglesia católica, administrada entonces por el cardenal Miguel Obando.

Cardenal, considerado uno de los pilares de la Teología de la Liberación en América Latina, también es uno de los poetas más importantes de las letras hispanoamericanas.

Entre sus obras más reconocidas están El evangelio de Solentiname, La Revolución Pérdida y poemas como Cántico Cósmico, y Oración a Marilyn Monroe.

Apoyó la lucha contra la dictadura de los Somoza, que gobernó Nicaragua hasta el triunfo de la revolución que encabezó el Frente Sandinista de Liberación Nacional en 1979.

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