Sao Paulo/Brasilia.— El jefe del Supremo Tribunal Federal de Brasil rechazó ayer la decisión de un juez que podría haber permitido la liberación del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso por cargos de corrupción, pero dijo que la corte retomará el caso en abril.

El presidente del tribunal, José Antonio Dias Toffoli, escribió en su fallo que los 11 jueces del máximo tribunal tendrían que tomar una decisión. El caso considera si un acusado hallado culpable de un delito no violento puede ser encarcelado después de que un primer tribunal de apelaciones confirme un veredicto de culpabilidad, que es la situación de Lula, condenado por corrupción y que enfrenta otros seis juicios por causas similares.

Lula es un ícono de la izquierda brasileña y uno de los políticos más populares del país, pero también es criticado por la derecha, que lo culpa por años de corrupción, políticas económicas fallidas y un repunte en la delincuencia. Dias Toffoli dijo que el caso será revisado el 10 de abril, un debate que profundizará una discusión constitucional más profunda que podría tener implicaciones de gran alcance para las investigaciones sobre corrupción y el sistema de justicia penal de Brasil.

Si Lula sale de prisión en abril, animaría a una izquierda brasileña desmoralizada y que aún se tambalea después de que el político de extrema derecha Jair Bolsonaro ganó la elección presidencial de octubre con la promesa de revertir las políticas impulsadas durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores.

Lula fue encarcelado en abril luego de ser sentenciado a más de 12 años de prisión. El ex mandatario, quien enfrenta otros seis juicios por supuesta corrupción, ha dicho en múltiples ocasiones que es inocente e insiste en que es un preso político que fue enviado a prisión en un intento por impedir que postule a la presidencia. Su argumento ganó fuerza cuando el juez Sergio Moro, quien dirigió la investigación que ayudó a poner a Lula tras las rejas, aceptó la oferta de Bolsonaro de ser el próximo ministro de Justicia de Brasil. El presidente electo asumirá el cargo el 1 de enero.

El miércoles más temprano, el juez Marco Aurelio Mello emitió una decisión que suspendía la aplicación de una ley de 2016 que permite que los condenados por corrupción estén encarcelados después de que su sentencia sea confirmada tras una primera apelación.

“Mi conciencia me llevó a esta decisión”, dijo Mello a Reuters, quien votó en contra de la decisión de la corte. “Tuve que actuar”, agregó.

Ayer mismo, un tribunal de Sao Paulo suspendió sus derechos políticos durante tres años a, ministro de Medio Ambiente designado por Bolsonaro, Ricardo Salles, por un delito de improbidad administrativa cuando era secretario de Medio Ambiente en Sao Paulo.

Por su parte, la fiscalía brasileña imputó al presidente saliente, Michel Temer, por corrupción y lavado de dinero.

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