Washington/Paraíso, Tab.— En vísperas del diálogo previsto entre los gobiernos de Estados Unidos y México por la amenaza de aranceles lanzada por Donald Trump, el presidente estadounidense exigió “acciones, no palabras” en el tema migratorio, mientras que el mandatario mexicano resaltó la “bonita amistad” que une a ambos pueblos y pidió que nada la ensombrezca.

La secretaria de Economía de México, Graciela Márquez, dijo ayer que acordó reunirse hoy en Washington con el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, dos días antes de que el secretario mexicano de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, se reúna en la capital estadounidense con el secretario estadounidense de Estado, Mike Pompeo. Paulatinamente se integrarán al equipo mexicano el subsecretario para América del Norte de la SRE, Jesús Seade Kuri, así como el coordinador de asesores de Presidencia, Lázaro Cárdenas Batel. Hoy, Ebrard hablará con la prensa desde EU.

El mandatario estadounidense dijo que impondrá aranceles de 5% a los productos importados de México a partir del 10 de junio y que el porcentaje subirá gradualmente hasta llegar a 25% en octubre, a menos de que el gobierno federal detenga el flujo migratorio ilegal a través de la frontera.

“La gente ha dicho durante años que deberíamos hablar con México. El problema es que México es un ‘abusador’ de Estados Unidos, que toma, pero nunca da”, tuiteó Trump. Refiriéndose al diálogo que tendrá lugar en los próximos días, no se mostró muy optimista: “México está enviando una gran delegación a hablar sobre la frontera. El problema es que hemos estado ‘hablando’ 25 años. Queremos acciones, no palabras. Ellos podrían solucionar la crisis fronteriza en un día si lo desearan. ¡De otro modo, nuestras compañías y empleos regresarán a EU!”.

Mick Mulvaney, jefe de gabinete de la Casa Blanca, aseguró al programa Fox News Sunday que Trump habla “absolutamente en serio” sobre los aranceles, aunque reconoció que no se han definido referentes para evaluar si México hace suficiente para desviar el flujo de migrantes. “No hay un objetivo específico, no hay un porcentaje específico, pero las cosas tienen que mejorar... drásicamente y... rápidamente”. La idea, explicó, es trabajar con el gobierno mexicano para “asegurar que las cosas sí mejoren”.

Kevin McAleenan, secretario interino de Seguridad Nacional estadounidense, dijo a CNN que Trump quiere “una gran reducción” en el número de migrantes que llegan a la frontera. En particular, Washington espera que México intercepte a los migrantes en su frontera sur con Guatemala, tomando medidas contra lo que describió como líneas de autobuses propiedad de cárteles que los trasladan hacia el norte.

El presidente López Obrador insistió en su apuesta por el diálogo y ayer, desde el puerto de Dos Bocas, en Tabasco, envió un mensaje, un “memorándum de amistad”, al pueblo estadounidense: “El gobierno de México es amigo del gobierno de Estados Unidos. El Presidente de México quiere seguir siendo amigo del presidente Donald Trump, pero, sobre todo, los mexicanos somos amigos del pueblo estadounidense. A ellos me dirijo... Juremos que nada ni nadie separe nuestra bonita y sagrada amistad”. Con información de agencias

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