Les Cayes.— Al cumplirse ayer una semana del terremoto de magnitud 7.2 que sacudió el sur de Haití, las posibilidades de encontrar con vida a las víctimas de derrumbes van descendiendo, mientras crece la desesperación en la población más afectada y, con ello, los saqueos a camiones de alimentos. Además, las familias comenzaron a enterrar a sus muertos.

En medio de los lamentos y los gritos de angustia en un campo de futbol vacío junto al edificio de una escuela derrumbado, los dolientes gritaron los nombres de sus muertos y contaron recuerdos, difundió el Miami Herald. Las autoridades no habían actualizado desde el miércoles las cifras de víctimas, y es de suponer que habrán variado con respecto a los 2 mil 189 muertos, 12 mil 268 heridos y 332 desaparecidos reportados entonces.

La posibilidad de encontrar con vida a cuatro personas bajo los escombros de una casa en la ciudad de Les Cayes, la más afectada por el terremoto, mantuvo a cientos de curiosos observando los trabajos de los experimentados voluntarios en rescate de la brigada los Topos, procedentes de México.

La brigada, compuesta por ocho expertos y apoyados por dos rescatistas haitianos, comenzó a trabajar en el lugar a las 21:00 horas del viernes tras detectar cuatro posibles sobrevivientes mediante un escáner, pero tras 16 horas de arduo trabajo se retiraron. Antes de realizar una última lectura, el equipo dio paso a las máquinas para retirar parte de los cascotes y poder adentrarse más abajo en lo que quedaba de la estructura con el localizador de vida para confirmar los “presuntos positivos”, porque el dispositivo de búsqueda puede verse alterado por varios factores.

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