El caso de Rosa María Hernández, una niña mexicana de 10 años de edad con parálisis cerebral, quien fue detenida por la Patrulla Fronteriza para su deportación, ha generado la indignación de la comunidad y de organismos defensores de los derechos humanos.

Ayer, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) exigió su liberación inmediata y advirtió al gobierno del presidente Donald Trump que interpondrán una demanda si no se libera a la menor en las próximas horas.

Rosa María fue llevada por sus padres de Nuevo Laredo, México, a Laredo, Texas, cuando tenía tres meses de edad, para que tuviera un mejor ciudado médico.

El miércoles pasado fue detenida luego de ser dada de alta en un hospital de Corpus Christi (Texas), donde fue sometida a una cirugía de emergencia de la vesícula biliar. Desde entonces se encuentra detenida bajo custodia federal en un centro de la ciudad de San Antonio.

“Exigimos que el gobierno libere inmediatamente a Rosa María de su custodia y la devuelva a sus padres”, escribieron los directivos de ACLU en una carta dirigida a varios funcionarios, entre ellos la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Elaine Duke.

Para su liberación dieron un plazo que se vence hoy a las 14:00 horas y advirtieron que, si las autoridades no colaboran, buscarán “todos los recursos disponibles bajo la ley” para garantizar que sea devuelta a sus padres.

“Separar a la fuerza a Rosa María de su familia le ocasiona serios daños sicológicos y emocionales a ella y a su familia entera”, indicó la ACLU en su misiva y también criticó el criterio y la actitud de los agentes migratorios durante todo este caso.

El martes pasado, agentes de la Patrulla Fronteriza detuvieron en un retén a la ambulancia que trasladaba a la niña al centro médico durante más de media hora y luego siguieron al vehículo bajo la amenaza de que Rosa María “sería deportada” después del procedimiento.

Los agentes migratorios hicieron turnos delante de la habitación del hospital durante más de 24 horas, primero en grupos de cuatro y luego en parejas. Después de la cirugía, la Patrulla Fronteriza detuvo a la niña “sin tener una orden judicial” y la trasladó a un centro de detención de menores en la ciudad texana de San Antonio, un lugar donde no puede recibir la asistencia médica necesaria, de acuerdo con la organización civil.

Este caso ha generado una ola de indignación. La senadora por California Diane Feinstein señaló que en “todos los años de servicio público no ha visto una colección de hechos tan moralmente reprochables”.

En tanto, se han recaudado más de 26 mil dólares en la plataforma GoFundMe para colaborar con los gastos legales de la familia.

La madre de Rosa María, Felipa de la Cruz, también indocumentada, dijo hace unos días que pudo hacer una videollamada con su hija

“Rosa María me pidió que la fuese a recoger, que quería venir con nosotros a casa y que nos echa de menos”, relató de la Cruz, quien tuvo que mentir a su hija para calmarla diciéndole que la irían a buscar una vez estuviese recuperada de la operación.

“Esta niña va a regresar con sus padres y este caso nos va a servir para dar fuerza a una respuesta nacional a estos abusos”, aseguró el viernes Alex Galvez, abogado experto en asuntos migratorios que asesora a la familia Hernández.

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