Puerto Príncipe.— Dos asesores del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ofrecieron disculpas al pueblo de Haití durante una visita a Puerto Príncipe, por el maltrato a los migrantes haitianos en la frontera sur del país. El asesor para Latinoamérica de Biden, Juan González, se disculpó a nombre del gobierno de Estados Unidos durante una conferencia de prensa, junto al subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, ofrecida en la embajada de EU en la capital haitiana.

“Sobre las imágenes tristes del trato a los migrantes haitianos en nuestra frontera, quiero decir que fue una injusticia, fue equivocado. Y quiero disculparme con la gente de Haití. No es como los oficiales de frontera se comportan”, dijo González.

El funcionario estadounidense, no obstante, fue enfático al pedir a los haitianos que no se arriesguen a viajar a la frontera sur de Estados Unidos.

“El mensaje es: no arriesguen la vida y no migren ahora, el riesgo es muy grande”, dijo González, quien manifestó el compromiso de Washington en apoyar al país caribeño. A su llegada a Haití el pasado jueves, González y Nichols se reunieron con el primer ministro, Ariel Henry, con quien trataron la cuestión migratoria, así como la crisis política por la que atraviesa el país, los planes de recuperación tras el terremoto del pasado agosto y sobre la pandemia.

EU también indicó que no se impondrá una solución desde el exterior en Haití.

“Ninguna solución funcionará impuesta desde el exterior. Las soluciones a los problemas haitianos residen en los haitianos y en su visión. En Estados Unidos estamos comprometidos a dar el apoyo necesario a Haití para implementar su visión”, dijo Nichols en una rueda de prensa en Puerto Príncipe.

La visita tuvo lugar una semana después de que el enviado especial de EU a Haití, Daniel Foote, dimitiera en protesta por el “trato inhumano” de Washington a los migrantes haitianos en la frontera con México.

El gobierno de Biden ha enfrentado distintas críticas por el manejo de la crisis que se desató semanas atrás por la llegada masiva de miles de inmigrantes, en su mayoría haitianos, a la frontera entre EU y México, que pernoctaron en un campamento improvisado construido debajo de un puente en Del Río (Texas). El lugar fue desalojado el pasado viernes, confirmó el secretario de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), Alejandro Mayorkas, quien indicó que unas 2 mil personas fueron expulsadas a Haití y otras 8 mil retornaron a México. A unos 12 mil 400 inmigrantes se les permitió someter su caso ante un juez de inmigración para determinar su permanencia en el país y otros 5 mil aún están siendo procesados por las autoridades.

Según The Washington Post, la mayoría de los migrantes que llegaron a Del Río fueron enviados a Haití o devueltos a México, no liberados en EU.

Mientras, en un desierto al borde del Pacífico, una patrulla nocturna en la frontera chilena con Perú se topó con los dos flujos migratorios que estremecen a América Latina: haitianos que abortaron su viaje a Estados Unidos y dan vuelta atrás, y venezolanos que ruegan por entrar a Chile.

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