Washington.— El presidente estadounidense, Joe Biden, se convirtió ayer en el primer mandatario en ejercicio de Estados Unidos que describe como “genocidio” la matanza de 1.5 millones de armenios por el Imperio Otomano a partir de 1915, una decisión que generó un fuerte rechazo de Turquía.

“El pueblo estadounidense homenajea a todos aquellos armenios que fallecieron en el genocidio que comenzó hace hoy 106 años”, expuso Biden en un comunicado con motivo del aniversario de la matanza.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo: “A nadie le beneficia que los debates estén politizados por terceros y se conviertan en un instrumento de injerencia en nuestro país”.

El ministro de Exteriores de Turquía, Mevlüt Çavusoglu, condenó la decisión de Biden, que su oficina tachó de “grave error”, y lo acusó de dejarse llevar por la presión de “círculos armenios radicales y grupos antiturcos”. La embajada y los consulados de Estados Unidos en Turquía emitieron una alerta de manifestación y anunciaron que sus oficinas estarían cerradas para los servicios de rutina el lunes y martes como una “medida de precaución”.

Turquía convocó al embajador de EU en el país, David Satterfield, tras el reconocimiento. Turquía se niega a aceptar el término de genocidio para describir lo ocurrido, y aunque reconoce la muerte de cristianos armenios entre 1915 y 1923, los encuadra en un contexto bélico con Rusia en el este de Anatolia durante la Primera Guerra Mundial. Al menos 29 países reconocen desde hace décadas la masacre como un genocidio.

Con su decisión, Biden quiere demostrar que los derechos humanos serán un pilar de su política exterior, y en su comunicado hizo hincapié en su deseo de “prevenir que ocurran atrocidades en el futuro, en cualquier lugar del mundo”. El premier de Armenia, Nikol Pashinián, dio las gracias a Biden por la medida, que calificó como “un poderoso paso en la senda del restablecimiento de la verdad y la justicia histórica”.

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