El presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, inició ayer la reorganización de su gabinete después de salvarse de ser destituido por el Congreso, pero quedó debilitado y deberá hacer un “cambio severo” en la conducción del gobierno, según analistas, que también prevén un quiebre en la oposición.

Tras una semana de incertidumbre política que levantó nubarrones sobre la economía peruana, el mandatario superó el jueves los intentos de la oposición fujimorista de declarar la “vacancia” presidencial por “incapacidad moral”, tras ser acusado de mentir sobre sus vínculos con la cuestionada constructora brasileña Odebrecht.

La destitución fue desestimada tras una sesión parlamentaria de 14 horas al conseguir sólo 79 votos, ocho menos que los necesarios. Diecinueve legisladores votaron en contra y 21 se abstuvieron, entre ellos una decena de fujimoristas.

Tras salvar su mandato, Kuczynski llamó a la “reconciliación” y prometió iniciar un “nuevo capítulo” en la historia del país.

“Se ha superado el proceso de vacancia, pero evidentemente no hemos superado una serie de elementos que la produjeron”, dijo a la AFP el analista político Fernando Tuesta Soldevilla, quien añadió: “El presidente ciertamente se salva, pero su imagen queda deteriorada” y deberá hacer un “cambio severo” en sus relaciones con la oposición.

El mandatario evitó la destitución pero sufrió costos políticos, como la renuncia del ministro de Interior, Carlos Basombrío, quien ya había anunciado que dimitiría.

La decisión del Congreso trajo alivio a los empresarios, pero provocó rencillas en la oposición y sacó a la luz grietas en el partido fujimorista Fuerza Popular, liderado por Keiko Fujimori, que tiene mayoría absoluta en el Congreso (70 de 130 escaños), y que apostó por la destitución.

Algunos legisladores arremetieron contra su colega Kenji Fujimori, quien no siguió la línea del partido y se abstuvo en la votación.

“A quien cuestiono directamente es a Kenji, porque ha traicionado no sólo a su partido, sino también a su país”, dijo la legisladora independiente Yeni Vilcatoma.

El hermano menor de los Fujimori, quien ha mostrado posturas moderadas que lo han llevado a enfrentarse a su hermana, fue secundado por nueve congresistas del partido, cuyos votos fueron cruciales para que fracasara la moción de vacancia.

“Kenji es una especie de Papá Noel que apareció en un viaje de Navidad con un trineo que jalaba 10 congresistas para votar por él”, dijo el analista político Luis Benavente. “Hay una mayoría parlamentaria absoluta que quedó fracturada con una incógnita en el futuro”, añadió.

En tanto, Keiko escribió en Twitter: “Orgullosa de nuestros 61 congresistas que se mantuvieron firmes en la lucha contra la corrupción (...). Fuerza Popular no se vende ni negocia”.

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