San José

A los cubanos que desean migrar de Cuba a Estados Unidos les dejó de preocupar la opción de tener los pies secos o húmedos.

Enfrentados desde 2018 a un nuevo y severo agravamiento de la escasez de alimentos y artículos básicos, una crisis que nunca desapareció de la vida cotidiana de Cuba, miles de cubanos chocaron con otra opción real de sobrevivencia que los empujó a buscar salir al exterior: si hay frijol, escasea el arroz, y si llega el pollo, falta el huevo. Y si hay frijol, arroz, pollo y huevo, ¿dónde está el aceite? Y el puerco, esencial en la dieta cubana, ¿dónde está? También desaparecido.

La jerarquía comunista de Cuba advirtió este año a la población que, por el conflicto en Venezuela y por el recrudecimiento del embargo que Washington le impuso en 1962, se aproxima “la peor variante” socioeconómica para la isla. Con esas alternativas, un renovado e incesante tránsito terrestre de cubanos sale de su país para recorrer América Latina rumbo a Estados Unidos.

Una tendencia cíclica en la isla desde el triunfo de la revolución en 1959 fue generar oleadas migratorias como válvulas de escape a la situación socioeconómica interna y abrir fronteras marítimas: la emigración de más de 5 mil cubanos por el puerto de Camarioca en 1965, la salida de más de 125 mil por el puerto de Mariel en 1980 y la migración de más de 32 mil por la crisis de los balseros en 1994.

“El flujo de cubanos [que viene de América del Sur] se nos reactivó desde noviembre de 2018”, dijo el subdirector de Migración de Costa Rica, Daguer Hernández, al recordar que el constante paso de migrantes irregulares nacidos en Cuba provocó una cuarta crisis migratoria de noviembre de 2015 a mediados de 2016 en Centroamérica y México: el desplazamiento de unos 10 mil.

“Panamá nos pasa a esas personas y en Costa Rica les hacemos una biometría, en el iris de los ojos y en las huellas dactilares, y la información se envía al Departamento de Estado de EU y a la Policía Internacional [Interpol], para indagar si se les reclama por algún delito”, explicó a EL UNIVERSAL. Tras verificar el pasaporte y otros datos, en un proceso de un día, “les autorizamos” entrar a Costa Rica y seguir a Nicaragua, contó.

La movilidad se registra después de que, desde 1995 y hasta enero de 2017, la opción de estar en tierra estadounidense— pies secos— les abrió las puertas migratorias a los cubanos para ingresar a EU, pero la de estar en una lancha en el mar— pies húmedos— se las cerró y significó la deportación a Cuba. Pese a que, por décadas, los cubanos migraron en masa con balsas por mar, esa práctica mermó cuando se derogó la política de “pies secos-pies mojados” en 2017.

Expuesta a los coyotes, la oleada está quedando atrapada en las fronteras de México con EU y Guatemala. Los siguientes son los principales trayectos, según testimonios de los cubanos y fuentes migratorias oficiales.

Un gran número se traslada en avión de Cuba a Guyana, limítrofe al este con Venezuela y que les exime de visa, y luego se moviliza a Brasil, Perú, Ecuador y Colombia, pasa a Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala y se estaciona en la frontera guatemalteca con México a la espera de avanzar hacia el norte.

Sin visa de esos países, transitan por junglas y trochas terrestres y áreas marítimas. La corriente aumentó a partir de enero, porque Nicaragua flexibilizó sus regulaciones migratorias al ingreso de cubanos por la apertura de un vuelo directo La Habana-Managua.

Con vuelos semanales, el servicio lo cubre la aerolínea estatal Conviasa, de Venezuela, y su itinerario es La Habana-Managua-Panamá-Caracas y luego en sentido contrario. Sin retrasos, la embajada nicaragüense en La Habana les concede visa de turista. Panamá concede visa a cubanos empresarios privados o “cuenta-propistas”, para que acudan al mercado panameño a comprar materia prima. Hay informes de que emprenden el periplo a EU. Ecuador liberó en 2008 a los cubanos del requisito de visa, pero la restableció a finales de 2015; sin embargo, a Ecuador siguen viajando los cubanos.

Números

Muchos cubanos aprovechan la porosidad fronteriza y usan “pasos ciegos” para eludir escollos migratorios, por lo que los recuentos son imprecisos.

Datos oficiales entregados por Panamá, Honduras y Costa Rica revelaron que, en el caso panameño, 550 cubanos ingresaron en la primera quincena de febrero desde Colombia y la mayoría está en la zona entre México y Guatemala.

Entre enero y febrero de 2019, Honduras registró mil 372 migrantes. Costa Rica concedió 2 mil 90 permisos de ingreso y tránsito a cubanos de enero a la primera semana de mayo. A juicio del jerarca migratorio costarricense, “es migración de tránsito que quiere llegar a EU”. En búsqueda de la meta, avanza sin ponderar si tiene los pies secos o húmedos.

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