En Chile el debate este año gira en torno a dos temas: la educación no sexista y la despenalización social del aborto. “Que la población deje de considerarlo como un crimen y lo tome en cuenta como una forma de hacer legítimas a las mujeres; queremos aumentar el apoyo social”, señaló Macarena Castañeda, vocera de la organización Feministas en Lucha, en entrevista con EL UNIVERSAL.

Explicó que la Mesa Acción por el Aborto en Chile trabaja desde hace tiempo con integrantes del Parlamento para presentar un proyecto de despenalización del aborto.

“Lo único que podemos hacer es pedir que deje de considerarse como un crimen, es decir, que salga del Código Penal”, explica Castañeda.

En septiembre de 2017 —bajo el gobierno de Michelle Bachelet—, Chile promulgó la ley sobre la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales: si hay riesgo de muerte de la mujer, inviabilidad del feto y en caso de violación.

Ahora, las activistas trabajan para lograr la despenalización social, como un primer paso para lograr la despenalización legal. “Despenalizar socialmente el aborto es la base para lograr una despenalización legal del aborto, en la medida que las decisiones reproductivas de las mujeres tengan legitimidad y no sean catalogadas como crimen o como una falta a su rol tradicional”, señaló Gloria Maira, integrante de la Mesa Acción por el Aborto en Chile.

Sobre la importancia de la despenalización del aborto en las primeras 14 semanas, explicó: “Eso significa que si una mujer llega a un hospital con un aborto en curso deberá ser atendida, y no hay obligación alguna de hacer denuncia por parte del personal de salud ni por parte de funcionarios públicos porque su decisión no estaría penalizada en la ley”.

Del otro lado está el movimiento La Ola Celeste que con el lema “Salvemos las dos vidas” buscan “la protección y el cuidado de “la vida desde la gestación”.

Tania Córdova, vocera del movimiento, refirió que el aborto no debe ser la única opción para las mujeres y señala que se debe “poner el énfasis necesario en una red de apoyo para la madre y su hijo, dar oportunidades desde el Estado y la sociedad civil”.

En entrevista, Córdova dijo que “en el momento en el que se promueve el aborto libre se está perdiendo el objetivo principal que es apoyar a la madre y al hijo; lo que se necesita son alternativas para las mujeres. Estudios que hemos realizado junto con otras organizaciones, han demostrado que cuando la mujer tiene acompañamiento, más de 80% desiste del aborto”.

Del mismo modo, Verónica Hoffman, directora ejecutiva de la Fundación Chile Unido, que apoya al movimiento Celeste, lamentó, en declaraciones a la prensa chilena, que exista un debate en torno a lo que llamó el “aborto libre” y que se piensen proyectos en los que bajo cualquier causal una mujer pudiera abortar.

De acuerdo con las organizaciones de activistas por los derechos de la mujer, la discusión por la despenalización del aborto es indispensable para una sociedad democrática.

Según las estadísticas emitidas por el Ministerio de Salud (Minsal), se estima que en Chile se practican casi 90 abortos diarios, lo que da un total 33 mil al año, de los cuales se calcula que solamente 3% cumple con alguna de las tres causales establecidas por la ley.

Sin embargo, es difícil saber el número real de abortos que se practican en Chile. El único estudio nacional al respecto fue realizado en 1990 y estimaba que en el país ocurrían aproximadamente 160 mil abortos inducidos anualmente, equivalente a una tasa de 45 por cada mil mujeres de 15 a 49 años.

Sin embargo, estimaciones extraoficiales más recientes, que datan de 2012 a 2014, manejan un rango de 60 mil a 300 mil abortos cada año, de acuerdo con el informe “Aborto inducido en Chile 2016”, del Instituto Guttmacher.

El mismo reporte señala que hay datos sobre las características de las mujeres que abortan en Chile ni las razones que las llevan a hacerlo”.

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