Washington.— La política estadounidense inició ayer un nuevo capítulo con la inauguración de un Congreso que refleja la división del país y promete hacer contrapeso a Donald Trump, quien tras dos años gobernando con viento a favor deberá negociar con los demócratas que recuperaron la Cámara Baja al mando de Nancy Pelosi.

En este ciclo electoral, una de las protagonistas será Pelosi, de 78 años, elegida como líder de la bancada mayoritaria en la Cámara de Representantes. “No nos hacemos ilusiones de que nuestro trabajo vaya a ser fácil, eso es algo en lo que todos en esta Cámara siempre hemos concordado”, dijo al aceptar el cargo tras recibir 220 votos afirmativos, del total de 235 escaños que tiene su partido en la Cámara de 435 miembros.

Pelosi invitó a sus nietos y a hijos de legisladores al estrado al jurar el cargo y llamó la sesión al orden “a nombre de todos los niños de EU”.

Bajo los aplausos, el vicepresidente Mike Pence juró a los nuevos senadores en la Cámara Alta, donde 53 republicanos controlarán la mayoría frente a 45 demócratas y dos independientes alineados con los demócratas.

El nuevo Congreso es el más diverso de la historia, con 127 mujeres —102 en la Cámara Baja y 25 en el Senado—, una cifra récord, igual que la de latinos, y con la entrada de las dos primeras mujeres musulmanas y nativoestadounidenses como miembros de la Cámara Baja.

“Estoy particularmente orgullosa de ser una mujer presidenta de la Cámara de Representantes de este Congreso, que empieza cuando se celebran 100 años del acceso al voto de las mujeres y cuando más de 100 mujeres estamos en la Cámara Baja”, subrayó Pelosi.

También tuvo palabras para los dreamers, los migrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos siendo niños, acompañando a sus padres. “Vamos a hacer Estados Unidos más estadounidense protegiendo a nuestros patrióticos y valientes dreamers”, señaló.

Entre quienes asumieron estaba la legisladora más joven en la historia del Congreso, la hispana Alexandria Ocasio-Cortez, de 29 años, quien representa al Distrito 14 del estado de Nueva York. Ella es una de los 43 congresistas latinos que sirven desde ayer en ambas cámaras (25 demócratas y ocho republicanos).

El presidente Trump felicitó a Pelosi y dijo que espera que “trabajemos juntos y que logremos hacer muchas cosas”, pero mantuvo su exigencia de que se construya un muro en la frontera con México.

“Sin algún tipo de barrera, llámenlo como quieran, pero sin un muro, no se puede tener seguridad fronteriza. No funcionaría”, dijo Trump, al comparecer junto a varios agentes fronterizos, en momentos en que el gobierno está sumido en una parálisis presupuestaria por la demanda de Trump de asignar recursos a la valla.

Junto a Trump estaba el presidente del sindicato de la Patrulla Fronteriza, Brandon Judd, quien aseguró que donde han construido los muros “han funcionado” y los consideró una “necesidad absoluta” para los agentes fronterizos.

Antes de comparecer ante los reporteros, en una sesión en la que no aceptó preguntas, Trump subió a su cuenta de Twitter un video de poco más de 20 segundos con imágenes de la frontera, especialmente de las marchas de centenares de personas que intentaban cruzar hacia Estados Unidos, y frases como “crisis en la frontera”, “crimen” e “ilegalidad”, que remató con “construyan el muro”.

El cese de actividades de la administración comenzó el 22 de diciembre y perjudica a unos 800 mil trabajadores federales.

Para terminar con el cierre parcial del gobierno los demócratas de la Cámara Baja aprobaron dos iniciativas: una renueva hasta el 30 de septiembre los presupuestos de las agencias que no son objeto de controversia y la otra prolonga hasta el 8 de febrero la partida del Departamento de Seguridad Interior, que se encarga de las fronteras. Cualquier propuesta necesita 60 votos en el Senado.

Trump, que tiene derecho a veto, advirtió que mantendrá la situación actual “el tiempo que haga falta” y convocó a una reunión para hoy.

Con el control de la Cámara, los demócratas podrán investigar las finanzas de Trump y ahondar en la presunta colusión entre su equipo de campaña y Rusia en 2016, aumentando la posibilidad de que se inicie un proceso de destitución en su contra, aunque con pocas posibilidades de éxito. Hasta ahora, Pelosi ha dicho ser contraria a un proceso de destitución.

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