La pandemia por coronavirus ha desatado un enfrentamiento y una lucha de poderes entre el gobierno federal, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y actores políticos de gran relevancia e impacto, como gobernadores y líderes de las cámaras empresariales, que cuestionan la actuación de su gestión en un momento en el que el país debería permanecer unido para salir adelante, coincidieron especialistas.

La confrontación política, que rebota entre los muros de la crisis por el Covid-19 y las elecciones intermedias de 2021, se ha agudizado entre las descalificaciones del Mandatario y los intereses de empresarios y políticos que ven la pandemia como un escaparate para sus aspiraciones.

“La crisis de salud agudizó la polarización que ya existía, principalmente con actores que quieren reposicionarse ante el proceso electoral del año entrante. Ha habido intercambios desafortunados entre actores y gobierno federal. Se ha generado un clima enrarecido políticamente donde lo que está en cuestión es la estrategia que ha implementado el gobierno frente a la epidemia”, consideró Alberto Aziz Nassif, profesor investigador del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

Es decir, si el mapa del país se dividiera entre las entidades que han tenido problemas con el Mandatario y quienes no, 50% del territorio se encontraría en conflicto con AMLO en un momento en el cual lo que se espera es un llamado a la unidad. Especialmente los de Jalisco, Nuevo León, Michoacán, Coahuila, Baja California, Puebla y los 10 que pertenecen al Partido Acción Nacional (PAN), quienes han cuestionado las medidas del gobierno federal al señalar que las decisiones tomadas desde el centro no necesariamente funcionan igual para todo el país.

Hubo protestas en prácticamente la mitad del país luego de que los mandatarios de Nuevo León (independiente), Jalisco (MC), Coahuila (PRI), y Tamaulipas (PAN) expresaran que sus entidades recaudan más recursos que los que la Federación les regresa, derivado de reglas injustas del pacto de coordinación fiscal. Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas reclamaron que sus entidades no han recibido montos por parte del gobierno federal para enfrentar la pandemia y anunciaron un frente común para proteger sus entidades.

El mensaje encontró eco en internet donde miles de usuarios comenzaron a pedir la división del país y que los estados del norte formen otra república: Nortexit, la llamaron, en referencia a la salida de Reino Unido de la Unión Europea.

La Asociación de Gobernadores de Acción Nacional denunció la semana pasada que los equipos de protección personal que el gobierno federal le compró a China y luego envió a los estados para el personal de salud que atiende a pacientes con Covid-19 son de calidad “penosa” y que llegaron en cantidad “insuficiente”; calificaron de “lamentable, preocupante e inaceptable” y anunciaron que los enviarían de vuelta. El gobierno federal respondió que los equipos eran donados y para personal con riesgo menor, no para quienes atienden a pacientes con Covid-19.

Entre los gobernadores panistas que han sido más críticos con el Presidente está el de Tamaulipas, Francisco Javier Cabeza de Vaca, cuyo gobierno interpuso un recurso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por la permanencia de 23 mil migrantes, la mayoría de origen centroamericano, en la frontera de su entidad con Estados Unidos y la negativa de restringir la frontera en medio de la contingencia sanitaria. El de Jalisco, Enrique Alfaro (Movimiento Ciudadano), hizo obligatorio el uso del cubrebocas en espacios públicos, determinó que las personas mayores de 60 años y quienes tengan enfermedades crónicas deben permanecer en su casa, además de que se restringe el acceso a parques y plazas; también acusó que la Secretaría de Salud (Ssa) ha bloqueado las autorizaciones sanitarias que permitan la comercialización de pruebas rápidas en el país.

En Michoacán, el gobierno de Silvano Aureoles (PRD) ordenó cuarentena obligatoria; se aplicarán sanciones e incluso podrían ser trasladados a centros especiales para mantener la medida; además de reclamar que los insumos que se le entregaron a su entidad como equipos de protección personal para personal médico son insuficientes y de baja calidad.

El desacuerdo llegó al extremo que el 16 de abril, Aureoles Conejo reclamó que la Secretaría de Salud y el gobierno federal están “engañando” al país y que ha sido irresponsable en sus declaraciones.

Jaime Rodríguez Calderón (independiente), de Nuevo León, pidió al Mandatario federal entrar en razón y atender las demandas de los empresarios de darles apoyo fiscal para enfrentar la crisis; también reclamó que no se hayan realizado las pruebas suficientes para detectar casos de Covid-19. El desacuerdo no distingue partido, puesto que el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla (Morena), reclamó que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) “no rinde cuentas” y no otorga equipo de protección al personal de salud: “Los mismos médicos están cayendo como moscas”, dijo.

El titular del Ejecutivo en Puebla, Luis Miguel Barbosa (también del partido del presidente López Obrador), reclamó que sólo recibió 2 mil cubrebocas N95, los que se requieren para médicos y enfermeras que tratan a personas con Covid-19, cuando en realidad necesitaban más de 500 mil; también denunció que persiste el desabasto de medicamentos.

Como respuesta, el Presidente ha criticado que sus adversarios quieran detener lo que consideró el proceso de transformación del país durante la pandemia por Covid-19 porque actúan por egoísmo y quieren vivir una “temporada de zopilotes”. Aseguró que “vamos a continuar con esta prioridad [enfrentar la pandemia], para luego dar paso a la reactivación económica, para continuar con el proceso de transformación del país que es fundamental”.

También ha acusado que existe una campaña de desinformación orquestada por medios de comunicación que “sólo buscan las podridas”. Posteriormente, les pidió “un mes de tregua” para superar la pandemia.

Otros actores

Los gobernadores no son los únicos que han entrado en conflicto con el Mandatario y las decisiones de su gobierno para afrontar el coronavirus: por ejemplo, la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Tamaulipas lanzó un llamado a entrar en una huelga de impuestos a través de amparos ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

La iniciativa buscaba sumar a las cámaras de Comercio de los estados de Durango, Chihuahua, Nuevo León y Guerrero.

Luego de que López Obrador diera a conocer su plan económico para contrarrestar los efectos de la crisis económica generada por el Covid-19, la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) acusó que el gobierno federal se niega a implantar estímulos fiscales o medidas contracíclicas para disminuir las consecuencias de la recesión. “El gobierno federal pide hacer lo imposible: pagar 100% de los impuestos y contribuciones teniendo cero ingresos. Nadie está obligado a hacer lo que es imposible (...) vamos a hacer lo que esté en nuestras manos para mantener el empleo”.

Gustavo de Hoyos Walter, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), pidió que el gobierno federal aporte 97 mil millones de pesos mensuales para mantener los empleos, así como “subir el tono” para no permitir que se estigmatice a las empresas ni se les culpe por el desempleo. Para José Antonio Crespo, investigador y académico del CIDE, quien ha generado este clima de polarización es el Mandatario, porque no ha aceptado bajar el tono de la discusión ni conciliar. “Hay provocaciones que sólo van a generar un ambiente más polarizado y de mayor desconfianza. Vemos que ha habido confrontación y agudización de los conflictos. La relación con los empresarios ha ido de mal en peor”, consideró.

El politólogo José Fernández Santillán, del Tecnológico de Monterrey, dijo que la reacción que ha tomado el Presidente es “típica de un líder populista (...) Él lo ve como una lucha de poder, tiene un delirio de persecución y en cada sector ve un oponente que le puede quitar el poder. Eso explica por qué convoca un referéndum revocatorio para 2021. Hay enfrentamientos, él los busca porque es su manera de entender la política. La lucha es provocada porque el Presidente no responde a la crisis”.

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