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Washington.— El personal que trabaja para la Oficina de Instalación de Refugiados de Estados Unidos (ORR, por sus siglas en inglés) ha sido acusado de drogar rutinariamente con sicotrópicos a niños migrantes sin el consentimiento de sus padres, de acuerdo con documentos de una demanda recuperados por The Huffington Post.
Un niño citado en uno de los documentos dijo que llegó a tomar hasta nueve píldoras por la mañana y otras siete por la noche, sin saber cuál era el medicamento que le daban.
“La ORR administra rutinariamente a niños medicamentos sicotrópicos sin autorización legal”, se lee en un memorándum presentado en la demanda el pasado 16 de abril. “Cuando los jóvenes se oponen a tomar tales medicamentos, la ORR los obliga. El organismo no requiere ni pide el consentimiento de un padre antes de medicar al niño ni busca la autoridad legal para consentir en nombre de los padres. En cambio, la ORR o el personal del establecimiento firman formularios de ‘consentimiento’, ungiéndose ellos mismos con la ‘autoridad’ necesaria para administrar drogas sicotrópicas a niños retenidos”, se lee en la demanda.
La mayoría de las denuncias aluden al Centro de Tratamiento Residencial Shiloh, en Manvel, Texas, pero los abogados que tienen acceso a los registros médicos de sus clientes dicen que el problema es generalizado entre los centros manejados por la ORR.
Clonazepam, Duloxetina, Guanfacina, Geodon, Olanzapina, Latuda y Divalproex, medicamentos utilizados para controlar la depresión, la ansiedad, el trastorno por déficit de atención, el trastorno bipolar, los trastornos del estado de ánimo, la esquizofrenia y las convulsiones, son algunas de las pastillas identificadas en las acusaciones.
Lorilei Williams, abogada que trabajó con varios niños encerrados en Shiloh, dijo a The Huffington Post que los menores a menudo parecían calmados y sufrían “un inmenso aumento de peso en un periodo muy corto de tiempo”, por lo que sospecha que los niños “estaban siendo medicados para hacerlos más tranquilos y más controlados”.