“Todos tenemos un poco de tremofobia, miedo a los temblores; sin embargo, para que sea patológico se debe asociar a una situación traumática y es necesaria atención especializada”, explicó el docente de la Facultad de Psicología y jefe del Laboratorio de Neuropsicofarmacología de la UNAM, Hugo Sánchez Castillo.

En entrevista con EL UNIVERSAL, dijo que las secuelas de los sismos que han marcado a la Ciudad de México han dejado repercusiones en la salud mental de los capitalinos, ya que reviven miedos y ansiedades por los temblores, es decir por escuchar la alerta sísmica, el movimiento en sí, aunque sean simulacros.

“Las personas que lo experimentan van a tener una sobreactivación, situación de miedo, y hablamos de que el paciente sí necesita una atención clínica, pero hago un paréntesis de que todos y todas tenemos miedo a los temblores en mayor o en menor rango, pero cuando el miedo no te impide actuar, el profesional de la salud ayudará a tener una mejor respuesta de tus acciones”, destacó el docente.

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Dijo que la tremofobia no se encuentra dentro del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM5), pero que se cataloga como la ansiedad, fobia, el estrés postraumático, lo cual se trata con especialistas del sector Salud, y que incluso existen programas para atender estos temas que pueden estar relacionados a los temblores.

El especialista de la UNAM aseguró que, por otro lado, sentir miedo a los temblores resulta fundamental para la supervivencia, es algo natural e incluso saludable, y reiteró que cuando se agudiza y se vuelve patológico es necesaria la atención con especialistas.

“Escuchar la alerta sísmica para estas personas es un evento traumático porque lo relacionan con ello, ya que han vivido sismos como el de 1985 y 2017, pero alguien que no los ha vivido pues no tiene esa relación de la tragedia”, destacó.

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Además, el docente de la Facultad de Psicología hizo un llamado a los capitalinos para que sigan haciendo los simulacros, ya que permite relacionar la alerta sísmica con algo positivo que nos facilita crear una respuesta de sobrevivencia ante un temblor.

“Hay que seguir con esta cultura de prevención que da esa activación de sobrevivencia, y es necesario que no se cambie el sonido de la alerta sísmica para que estemos familiarizados, y esto ha funcionado, ya que después de tragedias se toman mejor estos eventos, si antes nos hacíamos 15 minutos en completar un simulacro y ahora hacemos tres, es decir que hemos mejorado completamente”, detalló.

El Gobierno de la Ciudad de México sigue evaluando el día que se realizará el segundo simulacro nacional, el cual normalmente se lleva a cabo cada 19 de septiembre.

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