Entre figuras de la Virgen de Guadalupe, cobijas y maletas, Itzel Osorio, originaria de Puebla de 19 años, descansó en una tienda de campaña sobre la plancha de la Villa después de un día de peregrinar este 11 de diciembre.
Relató que lleva dos años realizando la peregrinación con un grupo de amigos porque un día se les ocurrió iniciar la ruta y planea que se vuelva una tradición.
“La verdad es una experiencia muy bonita, aprendes mucho”, comentó.

Explicó que lo más difícil del camino es pasar las montañas entre el frío y con hambre, sin embargo, menciona que la fe se vuelve algo importante para poder terminar su camino.
“Con fe se puede, con eso y con los paisajes”, comentó alegre.
Su misión de este año era llegar a agradecer por salud a ella y a su familia, afirmando que agradecer es algo primordial para ella.
El grupo decidió pasar una noche en la casa de campaña por lo difícil que era el camino y porque necesitaban un descanso.
Señaló que este año la peregrinación la habían organizado mejor y que errores del año pasado, como no calcular tiempos, le habían ayudado.
“Salió mucho mejor que el año pasado, entonces yo creo que la sigue será mucho mejor”, comentó.
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