A quien ya le gustaron los reflectores a la mala, nos afirman, es al diputado local de Nuevo León Juan Carlos Leal Segovia, conocido por sus posturas contra el feminismo y la comunidad LGBTTTIQ+. Según nos cuentan, esta vez don Juan Carlos levantó polvo al presentar una iniciativa para prohibir el lenguaje incluyente o no sexista en los centros educativos, bajo el alegato de que la deconstrucción del lenguaje genera un debate innecesario y hace que se olviden los temas importantes. Pero de fondo, nos aseguran sus cercanos, la intención del legislador es conseguir respaldo de afines a su ideología, rumbo a las elecciones 2021, cuando busca ir como independiente, luego de que Morena lo expulsó por sus posturas antiderechos y de que él mismo renunció al PES, acusando que dicha fuerza abandonó sus “principios contra el aborto”.

De cobijas y política vieja

En Guanajuato, nos dicen, quien también está haciendo de todo para amarrar hueso en 2021 es el senador panista Erandi Bermúdez, luego de que cerró noviembre repartiendo cobijas en colonias y comunidades de unos cuatro municipios, lo cual no hubiera sido criticado, de no ser porque, a la vieja usanza, se tomó fotografías con adultos mayores envueltos en las frazadas y se rodeó de mujeres y niños para las imágenes, en las que, por cierto, es evidente que no se guardó la sana distancia y que más de uno no portó cubrebocas, lo que contradice las recomendaciones que el mismo legislador promueve contra el Covid-19. Al parecer nadie le enseñó aquello de “que la mano izquierda no sepa lo que hizo la derecha”.

El sabor guinda de la derrota

En Veracruz, nos narran, algunos morenistas están lidiando con la derrota, tras una racha de reveses jurídicos, y entre los más afectados está el diputado local y titular de la Junta de Coordinación Política del Congreso estatal, Javier Gómez Cazarín (Morena), quien pese al revés que la Suprema Corte le dio a la reforma electoral en el estado, afirmó que seguirá insistiendo en la disminución de 50% de las prerrogativas a los partidos. Aferrado a su razón, nos detallan, el morenista repite un día sí y otro también que seguirá buscando ahorrar 177 millones de pesos al año y acabar con el despilfarro que los institutos políticos estaban acostumbrados a hacer. Ya veremos si la ley de atracción le funciona o no le quedará de otra que aprender de los tropiezos.

Les alistan castigo electoral

La fiebre electoral en Chiapas, en miras a los comicios del año entrante, nos dicen, le ha salido muy cara a algunos aspirantes, sobre todo a los exfuncionarios que buscan reelección o volver al poder, ya que desde diversas trincheras, ciudadanos han aclarado que no votarán por ellos, porque saben de qué “pie cojean”. Ejemplo de lo anterior, nos afirman, es Tuxtla Gutiérrez, donde el diputado del PVEM Emilio Salazar, dueño de una universidad privada, quiere llegar a la presidencia municipal, pero de entrada ya más de uno le ha pedido que se enfoque en su empresa, porque el que sirve a dos amos, a uno queda mal. ¡Auch!

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