Lo inaudito del asunto es que en la lenta marcha de la justicia a la mexicana, la firma se le coloca hoy en un Kramer contra Kramer, dado que fue adquirida recientemente por AB-InBev, quien a su vez había comprado al Grupo Modelo colocado en aquel entonces en el banquillo.
El procedimiento iniciado por la Comisión Federal de Competencia se cerró sin resolución al calce, al llegar a un arreglo la instancia con las firmas en la picota, además del Grupo Modelo, Fomento Económico Mexicano vía los Grupos Cuauhtémoc-Moctezuma.
La paradoja del caso es que no solo SAB Miller sino ninguno de las actores involucrados existe como tal. De entrada, terminó el periodo de los integrantes del pleno de la CFE que transaron con las firmas.
La instancia, con nuevas facultades y mayor autonomía, se llama hoy Comisión Federal de Competencia Económica.
A las cerveceras de Femsa las adquirió la firma Heineken.
Acusado el duopolio cervecero de repartirse el mercado y de pactar exclusividad en el renglón de distribución a cambio de canonjías a detallistas, la CFC pactó un convenio vía el cual las firmas, propósito de enmienda al calce, se comprometían a jugar la competencia… a medias.
Aunque Femsa aceptaba abrir los anaqueles de su cadena de tiendas de conveniencia Oxxo a las cervezas de Modelo, una y otra mantendrían sus opciones de exclusividad en estadios de futbol y plazas de toros.
Los contratos de exclusividad en el comercio detallista o depósitos de medio mayoreo se mantendrían vivos… hasta agotar su vigencia.
Y asunto que terminó, mi hermano.
El problema es que SAB Miller, quien desde el 2004 había planteado un procedimiento por obstrucción para ingresar al mercado, que naufragó ante maniobras legaloides de las acusadas, se inconformó con el arreglo.
Su solicitud de amparo cruzaba de un juzgado a otro en medio de recursos de impugnación de las cerveceras, hasta que llegó al escritorio de la jueza Primera Especializada en Telecomunicaciones y Competencia, Rafaela Franco.
La resolución de ésta de reabrir el expediente se fundamenta en un criterio de la Suprema Corte de Justicia que determina la imposibilidad de cerrar investigaciones de prácticas monopólicas por la vía de un arreglo.
La exigencia, además, está en el marco del artículo 32 de la Ley Federal de Competencia Económica.
Aunque en este caso no hubo solicitud de amparo al calce, al litigio se había sumado la Asociación Cervecera Mexicana, que agrupa a fabricantes artesanales de la bebida, damnificados también por las exclusividades.
Uno de los directivos de ésta había fingido que abriría una distribuidora, con lo que logró obtener un contrato de exclusividad que se exhibió como prueba. Naturalmente en la resurrección del caso volverá al ruedo. Regresan fantasmas del viejo pasado, con sainete al calce de la contraparte que se volvió parte.
Balance general. El mismo día en que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, hablaba que estaba en análisis la posibilidad de ampliar el techo de endeudamiento de Pemex, la empresa productiva de Estado tenía en la antesala otra colocación de papeles de deuda por 5 mil millones de dólares.
Estamos hablando de un bono colocado en tres tramos a amortizarse en tres, cinco y 10 años.
Degradada por la calificadora Moody’s la calidad crediticia de la emisora, naturalmente le encareció el costo en materia de réditos.
Los papeles se pactaron a un interés de 6.9% o 491.6 puntos-base sobre los bonos del Tesoro de Estados Unidos, lo que implica tres tantos más del habitual.
La ruta hablaba de empatar los réditos con los exigidos a la deuda soberana de México, es decir 100 puntos-base sobre los papeles del país del norte. Algunas calificadoras habían advertido que el sobreendeudamiento de Pemex ponía en jaque la calidad crediticia del país por el aval otorgado a las colocaciones.
A río revuelto… Hace años, en la antesala de que Altos Hornos de México se declarara en suspensión de pagos, uno de sus acreedores, Banamex, intentó tomar la garantía dejada en prenda, es decir un paquete de acciones de la controladora de la siderúrgica, Grupo Acerero Mexicano.
La maniobra falló, pero la flecha le pasó rozando al resto de los acreedores.
El episodio, el agandalle, lo intentó reproducir el alemán Deutsche Bank, arrebatando el colateral pactado con el Grupo ICA, en el rio revuelto de sus problemas financieros.
La garantía eran parte de las acciones del Grupo Aeroportuario Centro Norte, la joya de la corona de la empresa constructora líder en el país.
El problema es que el crédito otorgado a ICA se sindicó por varios bancos, es decir el germano apenas tenía una parte del pastel, por más que se había constituido en líder.
En el escenario, de acuerdo a la agencia Reuters, la firma encabezada por Bernardo Quintana presentó una demanda penal contra tres empleados de la intermediaria.
Crece Lala. En su expansión internacional el Grupo Lala encabezado por Eduardo Tricio acaba de pactar la compra del 100 por ciento de las acciones de Productos Lácteos La Per fecta, empresa localizada en Nicaragua. La firma fundada en 1959, produce y comercializa no solo leche y lacteos sino jugos, operando una red de 20 mil puntos de venta. Sus ventas anuales alcanzan 46 millones de dólares.
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