A causa del deficiente mantenimiento de sus instalaciones, Petróleos Mexicanos () representa un riesgo para trabajadores y para la población que vive cerca de las mismas.

De acuerdo con los presupuestos aprobados por el Congreso de la Unión a Pemex, en 2018, último año de la anterior administración, se canalizaron 17 mil 296 millones de pesos para mantenimiento de infraestructura en áreas de producción de petróleo crudo, gas, petrolíferos y petroquímicos. Para 2022, ese monto se redujo a 9 mil 284 millones de pesos, lo que representa una disminución de 46%.

Ramsés Pech, analista del sector energético y socio de la consultora Caraiva y Asociados-León & Pech Architects, dijo que en la petrolera se desempeñan 124 mil trabajadores en las diferentes líneas de negocio, entre empleados de confianza y sindicalizados, quienes están expuestos a situaciones de alto riesgo por altas temperaturas, presiones y equipos que requieren una supervisión continua de operación.

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Los riesgos por la falta de recursos para trabajos de mantenimiento en sus diferentes líneas de negocio pueden impactar las finanzas públicas y la economía del país, señaló el experto.

Dijo que, si bien la industria petrolera es de alto riesgo, “también es cierto que estos peligros se reducen dependiendo del mantenimiento correctivo [cambio de equipos por fallas] y preventivo [el mismo equipo opera reparado]”. No hacerlo expone al personal que está directamente involucrado, destacó.

Detalló que los equipos, plantas e infraestructura requieren mantenimiento continuo, sobre todo considerando que “muchos ya superan su vida útil. Dejar de hacerlo puede aumentar el costo de operación de Pemex entre 20% y 40% por accidentes e incidentes que se ven reflejados en la empresa y en la vida de las personas y activos de la compañía”.

El Consejo de Administración de la petrolera cuestionó los alcances de una de las 10 tareas que el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, presentó en diciembre de 2021 como estrategia para el fortalecimiento de Pemex, relacionada con los riesgos críticos que enfrenta la empresa.

Se trata de situaciones “que pueden ocasionar consecuencias graves o catastróficas, que incluso pueden afectar al personal, a la población o al medio ambiente”, provocados por “falta de inversión en mantenimiento” y rezago en atención a estos riesgos.

De acuerdo con el funcionario, por primera vez en Pemex se asignaron recursos presupuestales específicos por 12 mil 789 millones de pesos para la atención de 659 riesgos entre 2019 y 2021.

Sin embargo, los resultados no fueron los deseados.

En 2019, según su informe anual, Pemex reconoce que el “índice de atención a los riesgos críticos A1 cerró 2019 con un valor de 31.8%, como consecuencia de haber atendido 74 de 233 riesgos críticos A1 identificados. Estos riesgos obedecen principalmente a líneas y equipos de proceso, tanques, líneas de transporte, equipo de bombeo y sistemas de desfogue, entre otros. Un 81.5% de los riesgos críticos A1 avalados por el Comité de Riesgos se concentran en las refinerías”.

En 2020 se registró un índice de atención a esa clase de riesgos de 33.6%, al darse solución a 81 de 241 riesgos identificados.

El año pasado, en seguimiento al Programa de Atención de Riesgos Críticos A1, la empresa validó 190 riesgos críticos, de los cuales se atendió apenas 10.3% de los riesgos que enfrentan las empresas productivas subsidiarias y 32.4% de los riesgos del sistema de refinación.

A lo largo del ejercicio pasado ocurrieron 122 accidentes, destacando el área de refinación, que presentó el mayor valor total e incremento en el número de accidentes, al pasar de 18 en 2020 a 46 en el año anterior.

En su evaluación sobre el desempeño de la empresa el año pasado, el Consejo de Administración señaló que “se ha trabajado para la atención a los riesgos críticos, incorporando y dando seguimiento como parte de la estrategia, incluso a los planes de mitigación para reducir el riesgo e impacto asociado; sin embargo, debido a que se mantienen rezagos en la solución a esta problemática, se requiere reforzar los mecanismos utilizados para abordar y resolver las necesidades asociadas a esta problemática”.

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El tipo de riesgos críticos identificados fue clasificado por Pemex como información reservada desde el 16 de julio de 2019, por considerar que tiene relación “con las políticas monetarias del sistema financiero del país. Esto significa que, si se dan a conocer situaciones identificadas, así como sus posibles acciones, podría provocar repercusiones en este ámbito”.

Las consecuencias sobre un limitado mantenimiento en instalaciones se han reflejado en diversas áreas de Pemex, según la evaluación realizada por el Consejo de Administración sobre los resultados de la empresa en 2021.

Por ejemplo, el índice de paros no programados se situó “por encima de la meta establecida en el plan de negocios”.

Pemex tampoco pudo cumplir con el programa de reparaciones mayores a lo largo de todas las líneas de negocio. En los centros procesadores de gas se atendieron cuatro de las 38 reparaciones programadas, apenas 10.5% de la meta propuesta.

Respecto al programa de reparaciones de las refinerías, éste se vio afectado el año pasado por restricciones presupuestales, así como “retrasos en los procesos de contratación de reparaciones, el diferimiento o cancelación de mantenimientos programados en las plantas y fallas imprevistas en equipos y plantas de proceso”.

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