El Golf GTI es uno de los autos que se aman o se odian, aunque generalmente va más hacia el primer sentido. Es uno de los coches deportivos relativamente accesibles más longevos, pues existe desde 1976.

De vez en cuando, Volkswagen decide apostar con la creación de versiones especiales o limitadas, aunque existe registro de una que sin duda nos pone a pensar de lo que hubiera sido capaz en caso de haber llegado a producción.

Juntaba diversos elementos de otros autos del Grupo Volkswagen.
Juntaba diversos elementos de otros autos del Grupo Volkswagen.

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Volkswagen Golf GTI W12-650

Basado en la quinta generación del modelo, este prototipo solamente usaba algunos elementos de la versión habitual, pues el resto era una combinación de partes de todas las marcas del Grupo Volkswagen.

Este Frankenstein, en el mejor de los sentidos, fue presentado en el Wörthersee Tour de 2007, un festival que celebra el tuning en los autos del Grupo Volkswagen, por lo que el W12-650 estaba en su hábitat natural.

Juntaba diversos elementos de otros autos del Grupo Volkswagen.
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Carrocería 16 centímetros más ancha, suspensión 7.6 centímetros más baja, fascias por demás agresivas y 4 escapes son la esencia estética de este particular GTI. Con todo esto, el color seleccionado fue blanco, pues además de histórico, no necesita otro para hacerse notar.

Por dentro también elimina todo aquello que no se necesita, como los asientos traseros, pero que mantiene la esencia del de aquellos años. Alcántara, detalles en blanco, rojo y unos medidores de turbo son los cambios más notorios. Incluso, para hacer sentir aún más especial al conductor, contaba con interruptores estilo jet para algunas funciones.

Juntaba diversos elementos de otros autos del Grupo Volkswagen.
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La bestia que habita en él

Carrocería de Golf GTI (más o menos), frenos delanteros de Audi RS4, eje y frenos traseros de Lamborghini Gallardo se combinaron para recibir un enorme motor W12 biturbo del Bentley Continental. Lógicamente, no hubiera entrado bajo el cofre, así que Volkswagen lo colocó en el eje trasero, así como Renault hizo con el Clio V6.

Este motor generaba la enorme cifra de 650 caballos de fuerza, con velocidad tope de 323 km/h y tracción trasera, junto a la transmisión del Phaeton. En conjunto, es básicamente como un auto de carreras con una piel conocida para todos.

Juntaba diversos elementos de otros autos del Grupo Volkswagen.
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Aunque quedó solamente en un prototipo, las ganas por los entusiastas de que la marca hubiera producido aunque fuera una limitadísima cantidad del Golf GT W12-650 queda en la memoria.