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El presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, afirma que deja un partido “vigoroso”.
Al hacer un balance de su gestión, y ante el inminente relevo que, todo apunta, recaerá en Ricardo Anaya, rechaza dejar un partido fracturado; las críticas en su contra, dice, vienen de “10 calderonistas”, y a los medios les gusta seguir “esa telenovela”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, afirma no estar “peleando” con el ex presidente Felipe Calderón, con quien sólo piensa distinto, “pero hasta besos podría darle sin problemas”.
Sobre los resultados electorales, argumenta que el 7 de junio la gente votó contra la partidocracia. “Eso va generando una animadversión de la gente, y dicen ‘chinguen a su madre los partidos’, ¿para qué nos sirven?’”, reflexiona, “cuando el objetivo era ir contra la mayoría del PRI en el Congreso”.
Dice que el Pacto por México fue lo mejor que pudieron haber hecho para impulsar la agenda del PAN, pero acepta que hubo impacto electoral porque la gente estaba molesta con el Presidente e interpretó que estaban cerca.
“Me siento muy satisfecho y es de las satisfacciones que me llevaré a la tumba”, dice, pero lamenta que el gobierno federal se “tambalee con la aplicación de las reformas y le salgan las piernas flacas, y le de la temblorina”.
Adelanta que en la Cámara de Diputados serán “una mayoría estridente que daremos debate”.
En el corte de caja dice que recibió al panismo “muy descuidado”, sin gente que lo atendiera y que provocó que hubiera estados completos como Guererro donde no hubo dirigencia.
Destaca la reforma estatutaria que él promovió, cuyo cambio más importante radica en que la militancia elija a su presidente, y que hoy, al hacer un balance, define el antes y el después de los blanquiazules.
“El PAN tiene un antes y un después de esa reforma de estatutos, y el PAN hoy es más vigoroso, más vital y más fuerte en su vida interna en todo el país”, dijo. “Hoy estoy informando que es la primera vez en la historia del PAN que tenga una bancada con 50% de legisladoras mujeres, es un reto histórico, muy bueno”.
Madero abre la posibilidad de que su abanderado en 2018 a la Presidencia sea un ciudadano y no un militante, pero critica a los candidatos independientes que son “pura piña”.
Sobre los destapes, dice que apuesta a conformar una plataforma partidista para que antes de la elección se haga una convocatoria amplia y se vea quién tiene posibilidades de encabezar un frente opositor, “pero ver hacia adentro del partido y hacia afuera.
“Cualquier persona que cumpla con estas características habrá que apoyarla con generosidad. Aunque sea ciudadano, ciudadana, de cualquier partido, hay que verlo con amplitud. Por eso yo me niego a ver individuos, porque en ese momento llegas ya con disposición cerrada, debe llegar uno con disposición abierta, para analizar con una actitud abierta y franca quién puede no sólo ganarle al PRI en 2018, sino construir un proyecto que tenga una agenda de construir la transición de nuestro país, transición inconclusa”.
No descarta postularse a la Presidencia de la República para 2018, y dice que si lo hace será de cara a la ciudadanía, y no en video o en las redes sociales.
Sobre las aspiraciones presidenciales de Margarita Zavala, el panista dice que “el resultado es bueno”, pues necesitan muchas figuras, “se necesitan muchas opciones”.
No se va
Aunque asegura que Ricardo Anaya, en caso de ser presidente del partido, tendrá todo el poder y facultades del cargo, Madero Muñoz aclara: “Yo no me voy a ir del partido, no ser presidente no me desaparece”.
¿Cuál es el balance de su gestión al frente del PAN?
—Es curioso. Cuando yo llegué al PAN era un partido que estaba en el gobierno, estábamos en el poder. Sin embargo, como instituto político estaba muy descuidado, los liderazgos, los actores estaban todos en la administración pública, el partido se fue quedando sin gente que lo atendiera, tan es así que hubo estados completos en donde no hubo PAN, no hubo directivo estatal en 12 años que fuimos gobierno. En Guerrero, fíjate, en qué cabeza cabe, todo era a control remoto. Me encontré un PAN poquito desatendido en su vida interna, y poco a poco levantó. En las finanzas había problemas, había una deuda de más de 300 millones de pesos, había mucha falta de información, de inteligencia, de base de datos, de análisis, y todo eso lo tuvimos que ir poco a poco construyendo, invirtiendo mucho en tecnología, en software, en telecomunicación, en organización.
Renovamos toda la forma de funcionar el partido, después de la derrota de 2012 convocamos una reflexión nacional de esta comisión de evaluación y mejora de nuestro partido y de nuestros gobiernos, así quise ampliar el término de nuestro partido y de los gobiernos. Porque la gente no distingue, transfiere al partido los calificativos que tiene de los gobernantes. Fue un análisis muy interesante, y de ahí salió una reforma estatutaria muy interesante y profunda que ha sacado un nuevo PAN.
El PAN tiene un antes y un después de esa reforma de estatutos, y el blanquiazul hoy es más vigoroso, más vital y más fuerte en su vida interna en todo el país.
¿Qué balance hace de la elección del 7 de junio?
—Yo siento que el PAN hoy se consolida como una fuerza política en el país, como la primera fuerza política de oposición al PRI, en un país en donde toda la oposición se está fracturando, fragmentando, pulverizando, atomizando, y el PAN se consolida, se mantiene.
De hecho, donde crece es en todos los gobiernos locales, en todo lo que tiene que ver con la cercanía, la gente, los municipios, pues el PAN crece de manera sostenida. En población gobernada, en los gobiernos locales, en Congresos locales el PAN está teniendo sus mejores momentos.
En lo federal no hemos logrado capitalizar esa fortaleza para poner contra la cuerda al PRI, y ese es un reto que tenemos, y yo aspiro a que esto sea entendido como una oportunidad de que el PAN se convierta en la fuerza articuladora de un frente amplio opositor para ganarle al PRI.
La película que veo rumbo a 2018 es que voy a tener por un lado al PRI y sus alcahuetes, el Verde y el Panal; por otro lado vas a tener a Morena, que dice que no se junta con nadie, que es puro; y luego el resto de partidos en medio, y el PAN va a sobresalir sobre todos, por ser la fuerza política más vigorosa, más presente, y a partir de ahí hacer una convocatoria de un frente amplio para sumar a todos los que queramos ganarle al PRI y construir un frente amplio, de gobierno de coalición para los próximos seis años.
Entonces ahí es donde aparecen los destapes: que si Margarita (Zavala), que si la canción ranchera, ya llevamos como cinco. Creo que hasta Neri Vela (un astronauta mexicano) ya se apuntó, entonces está suave que hagan su pronunciamiento.
¿Usted no se apunta?
—No, no, no. Lo que estoy haciendo yo es un trabajo institucional, conformar una plataforma, esa es mi convicción. Tener esa fuerza, que cuando llegue el momento, que puede ser más o menos dentro de un año y medio, todavía hay una aduana anterior, 11 elecciones estatales, y toda la energía y fuerza deben estar dirigidas eventualmente a eso. Son 11 estados, y políticamente atender la demanda de los ciudadanos. Ya no seré presidente, pero voy a trabajar en ello, yo no me voy a ir del partido, no ser presidente no me desaparece.
Contra la partidocracia
¿Qué le faltó al PAN para tener triunfos?
—En esta elección se votó en contra de la partidocracia, y por eso cualquier cosa que le cantara ‘un tiro’ a la partidocracia ya llevaba el apoyo de la gente, la irritación social a los políticos, a los partidos, que fue muy alimentada, fue una animadversión cultivada. El reporte que te da el INE es aterrador: hubo 36 mil notas negativas sobre los temas electorales durante esta campaña, y había tres mil notas positivas, o sea, que por cada nota positiva había notas negativas. Eso va generando una animadversión de la gente, y dicen: ‘Chinguen a su madre los partidos’, ¿para qué nos sirven?’
En vez de llevar el dilema, debíamos haber llevado: ¿Quieres tú que el presidente Enrique Peña Nieto tenga mayoría en la Cámara de Diputados? Sí o no. Por alimentar la antipatía de los partidos el beneficiario fue el presidente Enrique Peña (Nieto), porque se quedó tan campante.
Ricardo Anaya dice que de ser el próximo presidente del partido buscará sentar a todos en la mesa y darse la mano
—No estoy peleado con Calderón, pensamos distinto, pero eso es una chulada. Estuvimos un par de ocasiones apoyando en campaña, coincidiendo sin ningún problema, no somos niños chiquitos haciendo berrinches, haciendo pucheros.
¿Sí podremos verlos juntos a los dos?
—Sí, hasta dándole besos si quieren, sin problema.
Dicen que en caso de ganar Anaya usted seguiría mandando...
—No, no me chingues. El que se siente ahí es el presidente del partido, y es el que puede quitar y poner.
¿Lo veremos en video anunciando su aspiración en 2017, rumbo a la Presidencia de la República?
—No me chingues.
¿En un mensajito en Twitter, en las redes sociales?
—No, si lo hago sería de frente a la gente... pero no estoy pensando en eso todavía.