Los aspirantes a la Vicepresidencia de Estados Unidos, el senador demócrata por Virginia Tim Kaine, y el gobernador de Indiana, el republicano Mike Pence, medirán fuerzas este martes en el primer y único debate entre ambos, y en medio de la polémica que aún colea tras el choque entre Hillary Clinton y Donald Trump.


El primer debate presidencial entre la aspirante demócrata Hillary Clinton, y su rival republicano, el magnate Donald Trump, supuso hace una semana una victoria para la ex secretaria de Estado, no tanto en el momento del debate, sino porque logró cuestionar y sembrar la duda sobre el multimillonario.


Enrocado en no hacer pública su declaración de impuestos, como es costumbre en el país desde hace décadas por parte de todos los aspirantes presidenciales, Trump alega que sus cuentas están siendo auditadas, y que, por esa razón, no puede revelar sus pagos al fisco.


Sin embargo, Clinton se las ingenió para hacer de esa negativa su golpe ganador, y aún hoy, una semana después de ese primer encuentro entre ambos, los impuestos del magnate, además de su ataque a la ex Miss Universo Alicia Machado, ocupan los titulares sobre la cobertura electoral.


"O no es tan rico, o no lo ha hecho tan bien, o es que no quiere que los estadounidenses sepan que no ha pagado nada en impuestos federales", dijo la candidata demócrata, dejando que la duda sobrevolara sobre el desempeño de Trump.


Por ello, es previsible que los "segundos espadas" también hagan referencia a este asunto en su debate de este martes, que se celebrará en la Universidad de Longwood, en Farmville, Virginia, uno de los estados decisivos para las elecciones del 8 de noviembre.


Los debates vicepresidenciales no suelen despertar el interés mediático que suscitan los de los candidatos a la Casa Blanca, pero suelen servir para que los electores pongan rostro a los aspirantes, muchas veces desconocidos hasta esa fecha.


Así, los factores para elección de un compañero de fórmula por parte de los aspirantes presidenciales suelen basarse en buscar equilibrios con su propio perfil, y este martes eso ha de verse a través de las pantallas.


Como encargados de presidir el país en caso de que el presidente de Estados Unidos se ausente por algún motivo, tienen que demostrar sus habilidades para ello, pero ante todo tienen la tarea de defender a quienes protagonizan la candidatura.


"No meter la pata, ese es el objetivo de un debate vicepresidencial", explicó al diario The New York Times Brett O'Donnell, especialista en comunicaciones del Partido Republicano que ha servido de asesor al expresidente George W. Bush, al senador John McCain o al exgobernador Mitt Romney cuando eran candidatos.


"Lo fundamental es defender al que lidera la candidatura y entonces atacar lo más posible a tu oponente, quien lidera la candidatura opuesta", agregó O'Donnell.


Así, para Pence el reto fundamental es defender a Trump de las polémicas en las que ahora está envuelto, además de justificar sus comentarios fuera de tono, mientras él se presenta como un aspirante razonable, conservador y representante de los valores clásicos republicanos.


Una tarea en la que el gobernador de Indiana ya se ha entrenado debido a las múltiples afirmaciones del magnate que han causado revuelo.


Kaine, por su parte, tendrá que estar preparado, previsiblemente, ante cualquier acusación sobre el escándalo de los correos electrónicos de Clinton, algo que, sin embargo, no le ha ocupado mucho tiempo durante la campaña electoral, que ha centrado en enfatizar y explicar la agenda política de la ex secretaria de Estado.


Ambos aspirantes a la Vicepresidencia han hecho un parón en su frenética gira por el país para preparar el encuentro, un choque que más allá de tener vencedores o vencidos se dirimirá por su capacidad para ser fieles escuderos.

 

jlcg

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