François Hollande presidió por última vez en su mandato como jefe del Estado el desfile militar de la Fiesta Nacional, marcado por un redespliegue de tropas en el exterior y también en la operación antiterrorista en el propio territorio.


Hollande salió del Palacio del Elíseo poco después de las 10:00 horas locales, bajó en un jeep descapotable la avenida de los Campos Elíseos antes de instalarse en la tribuna de honor, donde le esperaban los miembros de su Gobierno, pero también varios invitados internacionales.


Además del secretario de Estado estadounidense, John Kerry, asistieron el gobernador general de Australia, Peter Cosgrove, y el primer ministro neozelandés, John Key, ya que tropas de ambos países desfilaron hoy junto a las francesas en honor a su participación en la Primera Guerra Mundial, y más en concreto en la batalla del Somme, de la que ahora se cumplen 100 años.


Fueron 140 los militares australianos los que participaron en la festividad, así como 85 neozelandeses, entre ellos un grupo de combatientes maoríes con sus atuendos tradicionales.


La parada militar, en cualquier caso, se había iniciado con el vuelo por el cielo de París de aviones y helicópteros, encabezados por ocho cazas Alphajet en forma de torre Eiffel en apoyo de la candidatura de París para los Juegos Olímpicos de 2024.


En total en el desfile participaron 3 mil 239 hombres y mujeres del Ejército francés, 236 caballos, 36 perros, 55 aviones y 30 helicópteros


La presencia extranjera se completó en particular con un avión estadounidense de repostaje en vuelo KC13J y con un capitán de la Guardia Civil española.


Una de las novedades de este año fue la presencia de 47 miembros de la Administración Penitenciaria, un cuerpo de 38 mil agentes que nunca había estado oficialmente en el acto central de la Fiesta Nacional.


También estaban allí los aduaneros, que no habían descendido en formación los Campos Elíseos un 14 de julio desde 1919.


Varias de las misiones militares francesas en el exterior tuvieron representación en el desfile con miembros de los regimientos que están desplegados sobre el terreno: en concreto Barkhane, de lucha contra los grupos terroristas en el Sahel, y Chammal, de acción en particular contra el Estado Islámico en Irak y en Siria.


A ese respecto, Hollande dijo ayer que se va a reforzar el dispositivo en Irak con el envío de más consejeros militares para la formación del Ejército de ese país con la vista puesta en la reconquista de Mosul.


En paralelo, el jefe del Estado había indicado que en octubre se pondrá fin a la misión en la República Centroafricana, después de que la iniciativa francesa, a la que siguió un despliegue de cascos azules de la ONU, hicieron posible "la transición política concretada por la elección del presidente" y del Parlamento.


Está pendiente de concretar qué ocurrirá con la operación Sentinelle en la que tras los atentados yihadistas del 13 de noviembre pasado en París hasta 10 mil militares fueron movilizados para la vigilancia de centros religiosos (sobre todo judíos) e instalaciones estratégicas por todo el territorio francés.


jlcg

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