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En pleno corazón de Borgoña, se encuentra la pequeña población de Beaune donde hace más de cinco siglos el canciller del duque de Borgoña Nicolas Rolin y su esposa Guigone de Salins, fundaron el Hôtel-Dieu de Beaune en un contexto de miseria y hambre con el fin de ayudar a enfermos y necesitados. Actualmente, las subastas organizadas, en este lugar, son las más esperadas en el mundo de la vid.
Desde su creación, este visitado y famoso centro ha sido financiado por donaciones de diversa índole, entre ellas, la que más fama ha otorgado y por supuesto más adecuada por el lugar donde se encuentra es en viñedos, una donación que año con año otorgaría regalías para el mantenimiento de la institución.
En la actualidad, esta finca cuenta con alrededor de 60 hectáreas de viñedo, de las cuales 50 corresponden a la uva reina de Borgoña la Pinot Noir y el remanente a la Chardonnay, la mayor parte de las viñas del Domaine des Viticole Hospicios de Beaune, corresponden a Premiers y Grands Crus y se agrupan alrededor de la población de Beaune, Auxey-Duresses, Beaune, Meursault, Monthelie, Pommard, Pernand-Vergelesses, Puligny-Montrachet, Savigny-lès-Beaune y Volnay. También poseen viñas en la Côte de Nuits, los Grands Crus Mazis-Chambertin y Clos de la Roche y en el Mâconnais desde 1994, con parcelas de Pouilly-Fuissé.
La subasta
La manera en que se comercializarían los vinos producto de sus vides es lo que ha hecho famosa a esta institución, fue en el año de 1795 cuando sus vinos fueron vendidos por primera vez, en los años subsecuentes su venta se realizó de manera alternada, directa, no fue sino hasta 1859 que la subasta de sus vinos se estableció como se conoce en su forma actual.
Un hecho curioso es que estas ventas se realizaban durante el tiempo que duraba prendida una vela, la cual al terminar su llama se decretaba al ganador con la mejor postura.
Frente al Hôtel-Dieu de Beaune, de arquitectura gótica que lo han hecho famoso, aquí se lleva a cabo la subasta, donde se dan cita hombres y mujeres de todo el mundo.
