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La industria de los casinos y juegos puede generar más ingresos tributarios de los que aporta actualmente si se regulan las apuestas en línea y se establece un gravamen a escala nacional.

Así lo establece el presidente de la Asociación de Permisionarios Operadores y Proveedores de la Industria del Entretenimiento y Juego de la Apuesta en México (AIEJA), Miguel Ángel Ochoa Sánchez en entrevista con EL UNIVERSAL con motivo de la celebración de la Tercera Cumbre Iberoamericana del Juego.

Dice que la industria de los casinos genera al año 4 mil 700 millones de pesos de impuestos, mientras que en Estados Unidos deja 38 mil millones, lo que pone de relieve el potencial de crecimiento que hay en México si se da mayor certidumbre para la inversión a través de la nueva Ley Federal de Juegos con Apuesta y Sorteos en la cual se incluye el uso de dispositivos electrónicos conectados a internet, las apuestas deportivas y la creación del Instituto Nacional de Juegos y Sorteos.

“Hoy toda la industria en general, no sólo casinos sino peleas de gallos, carreras de galgos, caballos, loterías y ferias regionales como la de San Marcos, generamos 4 mil 700 millones de pesos al año, que no pintan mucho cuando estamos hablando que en el PIB nacional esto equivale a un cuarto de un punto, pero en Estados Unidos la economía de casinos genera, por impuestos, más de 38 mil millones de dólares”, enfatiza.

Por eso considera que de aprobarse la nueva ley que está en análisis en la Cámara de Senadores, México puede recaudar más impuestos, sin que dejar de vigilar a esta industria.

El mercado del juego en línea vale más de 3 mil millones de pesos en México y se calcula que se van a jugar 300 millones de dólares en promedio, menciona al enfatizar que al regularlo se puede evitar que menores de edad participen en ese tipo de apuestas.

Dijo que sólo 26 estados y 120 municipios en el país permiten la operación de casinos. Mencionó que Tlaxcala y Oaxaca no han querido autorizar la operación de casinos, mientras que en otros lugares el obstáculo es la delincuencia como en Zacatecas.

Pero se puede captar un mercado que no tiene posibilidades de ir a los grandes casinos en Estados Unidos como Las Vegas, Montecarlo o Macao, no sólo de mexicanos sino de latinoamericanos. “El 75% de los que viven en América Latina no tienen visa para entrar a Estados Unidos, y podrían venir a México a jugar”, considera.

Impuesto general. Ochoa Sánchez menciona que los casinos en México pagan 30% del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que en su opinión está mal orientado porque una apuesta no es un servicio ni un producto.

Además hay 2% de aprovechamiento que se paga a la Secretaría de Gobernación que se canaliza a la Secretaría de Hacienda por los derechos que genera el permiso.

A su vez, los estados y municipios cobran impuestos por su parte. En promedio, para las entidades federativas y los ayuntamientos es de 6% en cada caso, y que son deducibles de 30% del IEPS federal.

Afirma que la asociación que representa está proponiendo que se establezca un solo impuesto federal nacional que tenga una derrama a los estados y municipios proporcional.

Es decir que de ese impuesto a la apuesta que se cobre, de 100% se genere 40% a los municipios, porque son los que viven, sufren la presencia del casino; 30% a los estados, y otro porcentaje igual para la Federación. De ahí mismo se puede destinar una pequeña parte combatir la ludopatía y fomentar el juego responsable.

Fiscalizados. El empresario asegura que esta actividad es de las más fiscalizadas por el SAT y Hacienda por medio de la Unidad de Inteligencia Financiera para evitar el lavado de dinero.

Los 317 casinos mexicanos y sus 90 mil máquinas están conectados al SAT a través de un programa especial que está denominado como servicio autorizado, concesión que otorga el órgano recaudador de impuestos a los proveedores, conocidos como PSA.

Estos proveedores que fueron autorizados, unos 14, tienen el contrato para que en el momento en que la gente juega en una máquina, el SAT controla el movimiento. Refiere que en otros países la gente juega dinero en la máquina y en México todo el dinero se controla a través de la caja.

A diferencia de Europa o EU, en México los premios no se dan en cheque sino en efectivo, salvo casos especiales cuando rebasa el millón de pesos, pues los premios acumulados pueden generar hasta 3 millones de pesos

“Las máquinas mexicanas tienen una rentabilidad de 92% porque es público local. El porcentaje de retención es de 85% en Las Vegas porque al casino no le interesa retener al cliente, no le va a durar más de tres días, en cambio al local le interesa que regrese”, comenta.

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