Se cumplen 50 años de la Copa del Mundo 1970 , la que marcó una pauta en el futbol al abrir el camino rumbo a la era moderna.

El 31 de mayo de 1970 rodó el esférico Telstar sobre la cancha del Estadio Azteca. La Selección Mexicana , anfitriona del Mundial, abrió el torneo frente a la Unión Soviética (0-0), en un duelo en el que se estrenaron las tarjetas amarillas y los cambios de jugadores.

Fue la primera vez que una Copa del Mundo se transmitió en televisión a color por todo el orbe, fue testigo del Partido del Siglo y elevó el legado del Rey Pelé.

Enrique Borja formó parte del Tricolor esta justa, que hoy cumple medio siglo desde su inauguración.

El exdelantero la etiquetó como la más importante en la historia. “México se ha caracterizado por ser un magnífico anfitrión. Teníamos mucho que mostrar, que nos tomaran en cuenta por nuestra infraestructura y por todo lo que se podía hacer alrededor; enseñarle al mundo las costumbres, riquezas y nuestra gente, eso era lo principal. Por eso y más, es el mejor Mundial que se ha jugado”, comentó.

Días antes de la inauguración, el plantel mexicano sintió la presión, sobre todo en lo social, por los acontecimientos que se vivieron dos años antes del arranque del torneo. “Sabíamos lo que la gente esperaba de nosotros, pero fue una presión hermosa, que tuvimos que aprender a manejar. Los nervios tienen que vencerse, si no los tuviste fue porque ya estabas muerto. Nos sentimos vivos y afrontamos una oportunidad enorme, con mucho gusto y lo entregamos todo”, añadió Borja, emocionado al rememorar su carrera como seleccionado hace 50 años.

Ese 31 de mayo se presentó la mercadotecnia de Adidas, empresa deportiva que, desde entonces, se ha encargado de fabricar el balón del certamen. En el duelo entre México y la Unión Soviética, Kakhi Asatiani se convirtió en el primer futbolista en ser amonestado y Viktor Serebrennikov en el primer sustituido dentro de un Mundial.

A pesar de que la Selección Nacional fue eliminada por Italia —finalista junto a Brasil—, en los cuartos de final, Borja aseguró que para cada uno de los futbolistas fue un honor representar al país.

“Fue un orgullo  ser anfitriones, por todo lo bueno de lo que se hablaba de México”

. En seis años, el país se convertirá en el primero en tener tres Copas del Mundo: “Ojalá que se pueda que el Azteca sea el escenario de la inauguración”.

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