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Chula Vista, California.— Guillermo Ochoa será el hombre de confianza para Gerardo Martino.

Para el nuevo entrenador de la Selección Mexicana, el experimentado arquero debe mantener su posición de líder, utilice o no el gafete de capitán, que actualmente le pertenece a Andrés Guardado.

Durante el último entrenamiento del Tricolor, previo al encuentro frente a Chile, el argentino se acercó con Paco Memo y conversaron por unos minutos.

La época de incertidumbre sobre la seguridad de Ochoa quedó en el pasado. Nadie duda de su capacidad y seguridad bajo los tres palos, además de que Raúl Gudiño y Hugo González están muy lejos de su nivel y experiencia.

Guardado, Héctor Moreno y Javier Hernández son los otros líderes en la Selección Nacional, pero el portero es el único que no ha entrado en controversia durante los últimos llamados.

El Principito y el zaguero de la Real Sociedad se negaron a regresar al combinado, hasta que no se asignara a un entrenador, mientras que el Chicharito ha batallado para encontrar una regularidad. Ochoa siempre demostró lealtad y compromiso, con todo y las dudas de la afición, situaciones que el Tata conoce y aprecia.

Al igual que Guardado, uno de sus amigos más cercanos, Paco Memo tiene 13 años en la Selección Mexicana, que lo convierte en veterano de un combinado que vive un cambio generacional.

Martino quiere que su portero sea más que una voz de seguridad en la parte baja o que sus reflejos rescaten los resultados. Ochoa también tendrá la labor de juntar al equipo, ser la voz y respaldar a aquellos que empiezan.

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