El Liverpool cumplió con su parte y venció al Wolverhampton Wanderers (2-0) con un doblete de Sadio Mané que, sin embargo, no le sirvió para llevarse la Premier League debido a la victoria del Manchester City.

Con el primer tanto de Mané, a los 17 minutos, se inició un lapso de 21 minutos en el que el Liverpool fue el virtual campeón de la competición. Un sueño que se rompió cuando Aymeric Laporte, en el sur de Inglaterra, puso el 1-2 para el Manchester City.

La noticia llegó a Anfield y aplastó a los aficionados 'Reds', que, tras ver ya un milagro esta semana, con la remontada al Barcelona, esperaban otro que nunca llegó por parte del Brighton & Hove Albion.

Según fueron cayendo los goles celestes en la otra punta de Inglaterra, los ánimos del Liverpool decayeron y aunque el Wolves, que ya tenía asegurada la séptima plaza, tuvo oportunidades de empatar, un tanto de cabeza de Mané, que suma 22 en la Premier y empata con Mohamed Salah y Pierre-Emerick Aubameyang por la bota de oro, sentenció la amarga victoria de los de Jürgen Klopp.

Solo una derrota en la Premier

este curso no ha sido suficiente para que el Liverpool rompa la maldición que le acompaña desde hace 30 años.

Con 97 puntos, el Liverpool marca un récord histórico para un subcampeón y queda una unidad por detrás del City, que ya suma seis entorchados en la liga inglesa.

Al equipo de Anfield le queda el gran consuelo de la final de la Champions League el próximo 1 de junio en el Wanda Metropolitano de Madrid ante el Tottenham Hotspur.

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