Aunque ya había vivido algo así, Robert Dante Siboldi jamás imaginó que lo repetiría.

Hace poco más de una década, el estratega uruguayo llegó como interino al Cruz Azul y en su segundo duelo al frente del equipo se definió un título.

Debutó ante los extintos Jaguares de Chiapas y después visitó al Atlante, en la vuelta de la final de la Liga de Campeones de la Concacaf. Empató a cero, pero la derrota en la ida (0-2) privó a La Máquina de ir al Mundial de Clubes y a él de ganar un campeonato.

Esta noche, en el estadio Sam Boyd , y después de igualar el viernes en Veracruz, el exguardameta tendrá de nueva cuenta la oportunidad de buscar un título, el de la Leagues Cup , y anhela no fallar otra vez.

" En lo personal, es un privilegio (estar aquí). Hace 10 días no me imaginaba que iba a estar jugando una final enfrentando a Tigres", admite. "Esta institución, al igual que el rival, merece siempre estar jugando estas instancias, por todo lo que representa para el futbol mexicano, así que la tomamos con la mayor seriedad posible para adquirir los logros con base a merecimientos ".

" La institución, por historia y prestigio, necesita este tipo de eventos. Venimos con el plantel completo y analizaremos el 11 que iniciará, además de los siete que esperarán en la banca ".

Porque desea profundamente sacarse esa espina que tiene enterrada desde hace una década.

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