Iglesia católica condena abandono de bebé en Tultitlán; “él no merecía ser desechado así”, dice
La institución también rechazó el linchamiento generalizado en contra de los jóvenes padres que intentaron deshacerse de su hijo
Luego de que un bebé fue abandonado en el interior de una bolsa en la vía pública en Tultitlán, Estado de México, la Iglesia católica condenó el hecho y manifestó que “los bebés no tienen la culpa”.
“Él bebé no tiene la culpa, él no merecía ser desechado así, ni debería haber generado tanto miedo en los jóvenes padres. La vida triunfó y este bebé sobrevivió a medicamentos y a un abandono momentáneo”, expresó.
En su editorial “Desde la fe”, la Iglesia señaló que el aborto es una práctica en la que hay una muerte, “legal o no, la muerte es un hecho” y acusó que en este caso en particular es ilegal por haberse intentado en meses de embarazo avanzado.
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Aunado a ello, indicó que el “miedo a un futuro incierto” y la ignorancia de que existen medios para ofrecerle a ese bebé una vida u oportunidades de tener una familia adoptiva. llevó a los padres a actuar de esa manera.
Además, criticó el derecho al aborto, pues argumentó que “la publicidad engañosa hace creer que el aborto es un derecho, y que no pasa nada, es como tirar un pedazo de células que invadieron el cuerpo, y es hasta que públicamente se ve a un bebé moviéndose, abandonado, luchando por sobrevivir, que la sociedad se da cuenta de un acto de crueldad”.
“Somos una sociedad de imágenes, lo que no vemos, no nos conmueve, ¿cuántos bebés son desechados de la misma manera que se intentó hacer con este?”, dijo.
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Por otro lado, la institución rechazó el linchamiento generalizado en contra de los jóvenes padres que intentaron deshacerse de su hijo y aseveró que esta es una lección para que, como sociedad, se valore la vida naciente y se cuide a los jóvenes.
“Cuánto de ese problema es culpa de todos nosotros como sociedad por no enseñar la verdad a nuestros jóvenes, por enseñar sólo sobre derechos y no sobre obligaciones, por no construir un futuro esperanzador que se fundamente en valores y virtudes en lugar de un futuro en el que parece que sólo vale el que materialmente tiene algo para presumir”, mencionó.
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