Por Xavier Basurto
En mares, ríos y lagos opera un ejército formidable. Sus soldados, hombres y mujeres, trabajan incansablemente para generar empleos, proporcionar alimentos esenciales y cuidar ecosistemas, aunque muchas veces sus esfuerzos pasan desapercibidos. Este ejército es la pesca artesanal, una actividad que sostiene la vida de millones de personas, pero que sigue siendo invisible para muchos, incluidos quienes toman decisiones.
En México, la pesca artesanal no es solo la imagen romántica de pescadores en canoas o pangas. Este sector engloba una vasta red de actividades que va desde la preparación de redes hasta el descabezado de camarones, muchas veces llevado a cabo por mujeres. Sin embargo, a pesar de su importancia estratégica, la pesca artesanal ha sido históricamente excluida de las políticas públicas y los programas de desarrollo.

Los datos confirman la magnitud de este ejército: un estudio global reciente revela que la pesca artesanal sustenta la vida de casi 500 millones de personas en el mundo; es decir, 1 de cada 12 habitantes del planeta depende de ella de forma directa o indirecta. No obstante, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) no considera este sector en sus estadísticas de la economía azul (el conjunto de actividades económicas vinculadas a mares, océanos y recursos hídricos).
Para sacar a este ejército de la invisibilidad, hace siete años iniciamos la iniciativa global “Iluminando las Cosechas Desconocidas” (IHH, por sus siglas en inglés). Los resultados de este esfuerzo, que lideramos junto con la FAO, la Universidad de Duke y WorldFish, han comenzado a ver la luz:
En México, este ejército tiene un papel clave en la seguridad alimentaria nacional. Más del 25% del acceso a micronutrientes esenciales proviene de este sector, una cifra superior al promedio global. Además, su aporte es crucial para el desarrollo cognitivo de los niños, especialmente durante sus primeros años de vida.
Por otro lado, nuestro país destaca en términos de gobernanza. En México, los pescadores pueden participar en la toma de decisiones de dos terceras partes de las capturas anuales, mientras que a nivel global, este porcentaje apenas alcanza un tercio. Aunque queda mucho por hacer, México tiene una base sólida para seguir avanzando hacia una pesca sostenible.
La pesca artesanal, lejos de ser un sector marginal, es un ejército fundamental para la economía y la nutrición global. Pero para aprovechar su potencial, es necesario un cambio de enfoque. Los tomadores de decisiones ahora cuentan con datos claros para justificar mayores inversiones y estrategias integrales. Sin embargo, el éxito de estas iniciativas dependerá de la colaboración entre el sector, el gobierno y la sociedad civil.
Es momento de que este ejército deje de ser invisible. Su contribución, tanto en México como en el mundo, merece ser reconocida y protegida.
Aquí se puede conocer el estudio completo.
Profesor en la Universidad de Stanford y colaborador para Celsius Talks / El Universal
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