Virginia Herrera llegó de Tamaulipas a marchar y a colocar frente a la FGR el rostro de su hijo, José Alejandro Medellín, y un mensaje para él.
En mayo de 2010 su hijo trabajaba en una empresa que daba servicio a Petróleos Mexicanos cuando hombres armados se lo llevaron, junto a siete de sus compañeros.
“Estamos aquí para que no se les olvide a las autoridades que nuestros hijos no han llegado a casa, que hagan su trabajo para buscarlos, que no se les olvide, y por eso aquí están enfrente de ellos”, señaló en entrevista.

“En el muro le dedico unas palabras a mi hijo: yo le digo que lo voy a buscar hasta que Dios me dé vida, hasta que lo encuentre como lo encuentre”, expuso.
Desde hace 11 años Virginia dejó de celebrar no sólo el día de la madre sino ningún otro día: cumpleaños, Navidad o Año Nuevo para ella no existen porque su hijo no está.
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