Una noche y una tarde bastaron para agotar el espacio en las vallas metálicas que rodean al Palacio Nacional. Los nombres de las mujeres víctimas de la violencia feminicida en el país son tantos, que harían falta muros para escribirlos todos.
La jornada que comenzó el sábado ha sido tristísima pero continúa porque el tiempo y los muros no alcanzan para nombrarlas a todas. Al igual que las vallas, el acto de instalar un cementerio simbólico frente al Palacio Nacional, se extendió también a la Catedral Metropolitana y a las vallas para proteger el pasaje comercial de Madero, en el Centro Histórico de la CDMX.
"Anoche empezamos a hacer este muro pero volvimos a convocar porque la lista que tenemos (elaborada por la activista Maria Salgueiro) abarca una década. Nada más. A la página de Facebook del colectivo nos ha llegado una cantidad abrumadora de personas que nos dicen, quiero ver a mi hermana, a mi hija", dijo Marcela de la colectiva Anti-Monumenta .
Pamela Hernández acudió con una de sus amigas a dejar un ramo de flores. Además de la impresión de haber encontrado su nombre en las vallas, está molesta por la respuesta del gobierno federal y que se preparen para proteger los edificios en lugar de hacer justicia por las víctimas de la violencia feminicida.
"Me enoja pero también me mueve mucho que nos organicemos para seguir haciéndolas visibles y no dejar de nombrar a las mujeres que nos quitaron", dijo.
"Da miedo y coraje. No quisiéramos ser nosotras".
Valentina llegó a la plaza del Zócalo, colocó su violonchelo y empezó a tocar piezas como La Llorona para acompañar a las mujeres y familias que ponían flores en el muro de metal.
"Lo muros nunca han sido las respuestas en ningún conflicto, llámese internacional en las fronteras o en este caso en respuesta a un reclamo que le hacemos las mujeres al gobierno", sostuvo.
"Queríamos dejar claro que nuestra lucha es por la vida de las mujeres y que la vida de las mujeres en este país, vale poco".
Dijo que para ella es muy importante acompañar con música a las mujeres en su lucha y "que mejor manera de hacerlo que compartir lo que mejor sé hacer, que es tocar".
"Decidí venir en este momento justo porque es la manera que encuentro de mostrar mi solidaridad con todo lo que pasando, esas mujeres que están plasmadas ahí, deberían estar aquí con nosotras y no muertas por una injusticia".
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