Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tardó dos días en anunciar el “incremento sustancial” de las sanciones a Irán, al que la Casa Blanca culpabiliza de los ataques de la semana pasada a refinerías sauditas, que hicieron tambalear por un momento los mercados globales de energía y añadieron más tensión al polvorín que es Medio Oriente.

Desde el Despacho Oval y acompañado por su secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, Trump presentó las “sanciones más altas nunca antes impuestas a un país”, directamente a “lo más alto” del régimen iraní: la inclusión en la lista negra estadounidense del Banco Central y el fondo de desarrollo de Irán. La Unión Americana, con estas nuevas sanciones, corta casi por completo los posibles lazos entre los sistemas financieros de ambos países.

Trump se mostró satisfecho con la decisión como represalia y negó que apostar por una medida “comedida” sea una señal de debilidad.

El gobernador del Banco Central iraní criticó las medidas. “Las sanciones del gobierno de Estados Unidos contra el Banco Central muestran de nuevo su nula capacidad de influencia contra Irán”, indicó el gobernador Abdolnaser Hemmati.

Por la tarde, el gobierno de Estados Unidos anunció que enviará refuerzos militares a petición de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos como medida de protección, dijo el secretario de Defensa, Mark Esper.

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