Ciudad de Guatemala.— “Vamos a reconstruir Guatemala”, afirmó el candidato de VAMOS, Alejandro Giammattei.

Giammattei logró ganar la Presidencia de Guatemala a su rival, la exprimera dama Sandra Torres, con más de 90% de las mesas escrutadas. Afirmó que el acuerdo de tercer país seguro con EU debe ser aprobado por el Congreso.

“El objetivo se cumplió. Hoy, de veras, con un nudo en la garganta, 12 años después, vengo a decirles que para este humilde servidor (...) va a ser un inmenso honor ser el presidente del país”, afirmó el político en un mensaje a periodistas. Aseguró que espera una transición ordenada en la nación.

Con 95.40% de las boletas consultadas, según el conteo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) del país, el aspirante de VAMOS iba en primer lugar con 58.87%, mientras que Torres, de la formación UNE, llevaba 41.14%. El TSE aseguró que el resultado preliminar era irreversible. Por la noche, el jefe de campaña de Torres reconoció la victoria del conservador.

El vencedor deberá gobernar entre 2020 y 2024, y heredará desde enero un país con 60% de su población en pobreza y que tiene en la inseguridad, corrupción y el desempleo sus mayores detonantes para la migración hacia EU, donde viven más de 3 millones de guatemaltecos. Además, deberá acometer un delicado acto de equilibrismo en casa y con la Unión Americana, su mayor socio comercial, luego de que el saliente mandatario, Jimmy Morales, firmó un polémico acuerdo para que Guatemala actúe como muro de contención para los hondureños y salvadoreños que soliciten asilo en EU.

Ambos candidatos han criticado el pacto de tercer país seguro, que ocho de cada 10 guatemaltecos rechaza, pero no está claro hasta dónde llegarán para frenar su implementación, algo que podría obligar al presidente Donald Trump a retomar sus amenazas económicas contra Guatemala.

Mercedes Escoto, una maestra jubilada de 65 años, calificó el domingo el acuerdo como “lo más ridículo” que el saliente presidente guatemalteco ha hecho, mientras que el empresario Miguel Méndez, de 36 años, consideró que el país no podía negarse a firmarlo ante las presiones del mandatario de Estados Unidos.

“No nos dejaron mucha opción porque las repercusiones para Guatemala iban a ser muy grandes y sólo espero que esto no altere demasiado la soberanía de Guatemala”, dijo Méndez.

Para analistas como la firma Eurasia, una victoria de Gia- mmattei en las urnas ayudaría a garantizar la continuidad de la política macroeconómica, puesto que las fuerzas conservadoras en el Congreso cooperarían con su agenda y aumentaría la gobernabilidad pese al bajo número de escaños de su partido.

En la primera vuelta de junio el centroderechista VAMOS, de Giammattei, obtuvo apenas 17 de 160 escaños en el Parlamento. El partido de Torres, la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), logró un tercio de los escaños pero ninguna fuerza tiene mayoría por sí sola. Los comicios podrían estar más cerrados de lo que sugieren las encuestas, porque ninguno de los aspirantes goza de un amplio respaldo, algo que podría haber afectado la participación.

“Vamos a trabajar en ser un gobierno honesto. Vamos a luchar desde el primer día contra la corrupción, contra la impunidad”, dijo Giammattei a periodistas tras emitir su voto en la Ciudad de Guatemala. En las presidenciales pasadas, celebradas en 2015, el rechazo a Torres pesó en las urnas y le facilitó el triunfo a Morales.

La empresaria de 63 años carga con el lastre de una investigación por financiamiento ilícito de aquella campaña. Giammattei, de 63 años y quien buscó por cuarta vez la presidencia, propuso pena de muerte para los criminales y un “muro de inversión” en la frontera entre Guatemala y México para frenar la migración hacia el norte. Torres quería enviar tropas a las calles para luchar contra las pandillas.

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