La Unión Europea renunció a prohibir totalmente la venta de vehículos nuevos con motor de combustión en 2035 como había previsto inicialmente, una medida para paliar la crisis que atraviesa el sector del automóvil en Europa.
A partir de esa fecha, los fabricantes podrán seguir vendiendo un número limitado de vehículos nuevos con motores térmicos o híbridos, pero cumpliendo ciertas condiciones.
Es una decisión "pragmática", dijo a la AFP Stéphane Séjourné, vicepresidente de la Comisión Europea, para justificar la marcha atrás en uno de los principales compromisos de la UE para llegar a la neutralidad de carbono en 2050.

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