Eyad Saleha, un palestino discapacitado de 33 años, esperaba su almuerzo este miércoles cuando un misil cayó sobre su casa en , matándolo a él, su esposa embarazada y su hija de tres años.

El salón de la casa quedó destrozado y los pedazos retorcidos de una bicicleta infantil roja yacían en medio de los escombros. Dentro de la refrigeradora derribada, el polvo gris cubría un plato de tomates frescos.

Los ataques aéreos israelíes han matado a 227 personas, incluidos 64 niños, desde el 10 de mayo en la Franja de Gaza , el enclave palestino costero, según el ministerio de Salud en Gaza.

En tanto, los misiles lanzados por grupos palestinos armados en Israel , incluido un niño, según la policía israelí.

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El ejército israelí ha dicho que busca evitar "daños colaterales" con sus ataques, dirigidos a blancos militares.

También ha afirmado que cohetes mal dirigidos lanzados por grupos palestinos cayeron dentro de la Franja de Gaza y podrían ser responsables de algunas muertes civiles, aunque inicialmente no ha habido indicios de que cohetes palestinos hayan causado la muerte de la familia de Saleha.

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El ejército israelí no se refirió en particular al ataque del miércoles en Deir el Balah, que destruyó los tres pisos del inmueble en el que vivía la familia de Saleha.

El ataque mató a Saleha, su esposa Amani, de 33 años, y su hija Nagham.

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Desconsolado en la morgue, Omar Saleha, de 31 años, dijo que su hermano Eyad no podía caminar desde los 14 años y que no era combatiente.

"¿Qué hizo mi hermano? Simplemente estaba sentado en su silla de ruedas", lamentó.

"¿Qué hizo su hija? ¿Qué hizo su esposa?", preguntó el hermano menor, quien estaba en casa de unos vecinos durante el ataque.

Simplemente se "disponían a almorzar".

jabf/lsm

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