McAllen.— Dentro de un viejo almacén en el sur de Texas, cientos de niños migrantes separados de sus padres aguardan en jaulas creadas por verjas de metal. Una de ellas tenía 20 menores. En el suelo hay botellas de agua, bolsas de papas y grandes láminas de papel aluminio para que se cubran al dormir.

Una adolescente le dijo a un activista que la visitó que ella estaba ayudando a cuidar a una niña pequeña que no conocía. La muchacha agregó que ella tuvo que enseñarles a los otros niños en su celda cómo cambiarle el pañal a la menor.

La Patrulla Fronteriza permitió el domingo que la prensa ingresara brevemente a la instalación donde detiene a las familias arrestadas en la frontera con México.

En tanto, un grupo de senadores y representantes del Partido Demócrata visitó ayer varios centros de inmigración en la frontera con México, en el área de Texas, para comprobar, sobre el terreno, las condiciones y los procedimientos.

“Lo que estamos haciendo como país está causando un daño enorme estos niños y sus padres, cuando es totalmente innecesario”, aseveró el senador por Oregón Jeff Merkley.

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