Washington.— El aumento en 38% de los casos de acoso y asalto sexual en el ejército de Estados Unidos en dos años obligó al Pentágono a plantearse catalogar esas acciones como crímenes en el sistema judicial militar estadounidense.

Una encuesta entre el personal de todas las ramas del ejército de Estados Unidos detalló que sólo el año pasado hubo más de de 20 mil 500 “contactos sexuales no deseados”, un aumento de casi 38% comparado con el de 2016. “Contacto sexual no deseado” es el término genérico que usó el Departamento de Defensa para agrupar desde tocamientos inapropiados hasta violaciones.

Según el estudio, 85% de las víctimas conocía a sus asaltantes y 62% de los casos involucraba alcohol. El segmento de más “riesgo” fueron mujeres en el servicio militar activo de entre 17 y 24 años; hace unos meses, el laboratorio de ideas RAND Corporation aseguró que más de 10% de las mujeres experimentaron asaltos sexuales en instalaciones militares “de alto riesgo” para este tipo de ataques. Sólo una de cada tres víctimas reportó los sucesos.

“Francamente no hemos estado a la altura de los estándares y las expectativas que tenemos para nosotros y para cualquiera. Es inaceptable”, escribió el secretario de Defensa interino, Patrick Shanahan, exhortando a todo el estamento militar a “ser mejores”. “Colectivamente tenemos que hacer todo lo posible para eliminar el acoso y el asalto sexual en el estamento militar”, dijo.

Alarmado por las cifras, Shanahan informó esta semana que emitirá una directiva para “criminalizar ciertas actividades” a partir de octubre, como ejemplo de la “seriedad” con la que se van a tomar ciertos “comportamientos” en el Pentágono. “El asalto sexual es ilegal e inmoral, e inconsistente con la misión militar. No será tolerado; no descansaremos hasta que todos puedan servir en un ambiente de dignidad y respeto”, apuntó Shanahan en un memorándum interno.

Hasta que eso suceda, las críticas por el ambiente que existen en el estamento militar han sido enormes. “Estoy harta de que digan una y otra vez desde las voces de comando que lo tienen controlado. ¡No lo tienen!”, gritó la senadora demócrata Kirsten Gillibrand, candidata a la presidencia en 2020 y una de las voces más feroces en el feminismo y la lucha contra el acoso sexual en el país, en una audiencia en un comité sobre las fuerzas armadas.

“Nos están fallando”, añadió, dirigiéndose al que será jefe de la Armada, el general James McConville. “Estoy harta de excusas”, sentenció.

Además de la nueva normativa en la que se criminalizará el asalto sexual, el Pentágono informó que desarrollará una serie de programas para garantizar y promover las denuncias de este tipo de actos, así como iniciativas para cambiar el ambiente sexualizado y de aparente impunidad.

Desde el Departamento de Defensa creen que se trata de un “problema del liderazgo, y por eso es un problema cultural”, y por tanto van a estar involucrados en los cambios desde los rangos más bajos hasta los comandantes de más importancia.

“Los líderes tiene que estar totalmente involucrados, y eso significa que tienen que moldear el ambiente en el que están […] a través del ejemplo, promoviendo un ambiente saludable que se construya en la dignidad y el respeto”, dijo John Wayne Troxell, sargento mayor de la Armada y asesor principal del jefe del estado mayor del ejército.

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