Londres.— La Cámara de los Comunes se rebeló ayer contra el primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, para tomar el control de la agenda parlamentaria y comenzar a tramitar una ley que bloquee la posibilidad de salir de la Unión Europea (UE) sin haber firmado antes un acuerdo con Bruselas.

El jefe de gobierno, que ya no cuenta con una mayoría tory en la Cámara, respondió al golpe y confirmó que tratará de convocar unas elecciones generales anticipadas si se consuma la aprobación de esa ley, que se comenzará a debatir hoy, miércoles, por un procedimiento de urgencia.

“Yo no quiero unas elecciones, pero si los diputados votan para forzar otro retraso inútil del Brexit, entonces ese será el único modo de resolver esto”, afirmó el líder tory tras sufrir una derrota mayor de lo esperado (328 votos contra 301).

Para poder llamar a los británicos a las urnas, Johnson necesita el respaldo de dos tercios de los diputados. El Partido Laborista, primero de la oposición, adelantó que es favorable a unos comicios, siempre y cuando la legislación contra el Brexit duro haya quedado aprobada.

Johnson perdió su primera votación parlamentaria por una diferencia de 27 votos, de entre los cuales 21 corresponden a diputados conservadores que se alinearon con la oposición.

Los rebeldes conservadores que ahora enfrentan la expulsión del partido incluyen a Nicholas Soames, nieto del líder británico de la Segunda Guerra Mundial Winston Churchill; y dos exministros de finanzas: Philip Hammond y Kenneth Clarke. La victoria es el primer obstáculo para los legisladores que, después de haber logrado hacerse con el control de los asuntos parlamentarios, buscan hoy aprobar una ley que obligue a Johnson a pedir a la UE que retrase el Brexit hasta el 31 de enero, a menos que haya un acuerdo aprobado previamente por el Parlamento.

El Parlamento debe acelerar los procedimientos para dejar lista la legislación cuanto antes, dado que Johnson ha ordenado clausurar el Palacio de Westminster a mediados de la próxima semana y no reanudar las sesiones hasta el 14 de octubre.

Tres días después de esa fecha, el primer ministro confía en asistir a una cumbre de líderes comunitarios en la que querría cerrar un nuevo acuerdo de salida de la UE. El premier insiste en que ese es su objetivo principal, pero recalca que está dispuesto a romper los lazos con el bloque comunitario en la fecha prevista, el 31 de octubre, en cualquier caso, aunque no haya llegado a un acuerdo para entonces.

Su dura postura con respecto al Brexit llevó a un diputado tory, Phillip Lee, a pasarse al Partido Liberal Demócrata. Johnson mantenía una escasa mayoría de un diputado en los Comunes, por lo que esa acción lo situó en minoría, lo que se agravará al consumarse la expulsión de los 21 rebeldes.

En caso de que la batalla parlamentaria desemboque en unas elecciones, la fecha que se baraja para celebrar los comicios es el 15 de octubre, dos días antes del Consejo Europeo. Según las encuestas, Johnson partiría con ventaja.

Un estudio publicado por YouGov la semana pasada sugiere que los conservadores ganarían con 34% de los votos, los laboristas obtendrían 22%, el Partido Liberal Demócrata 17% y el Partido del Brexit 13%. Desde que el mandatario conservador llegó al poder su partido ha escalado en los sondeos.

Gracias a su mensaje duro sobre la salida de la Unión Europea ha recogido votos sobre todo del Partido del Brexit, que apuesta por una ruptura no negociada. En una eventual campaña electoral, Johnson trataría de convencer al sector de la sociedad británica que muestra señales de agotamiento con el proceso.

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